La Armada española comunicaba hace unos días vía Twitter una de las noticias más importantes de los últimos años en términos de inclusión LGTB, coincidiendo casi con la celebración del Día Internacional de la visibilidad Trans. “Asciende la primera mujer (…) al empleo de suboficial mayor”, el rango más alto que puede alcanzarse en la escala de suboficiales. En la foto, una mujer de pelo castaño que posa firme junto a una bandera de España.
Lo peculiar de este anuncio es que Carolina Meléndez es la primera mujer transexual en alcanzar esta categoría.
Asciende la primera mujer en la #Armada al empleo de suboficial mayor.
El empleo de suboficial mayor, es el mayor empleo que se puede alcanzar en la Escala de Suboficiales en las Fuerzas Armadas.
¡Enhorabuena! pic.twitter.com/b7QhfeTlBj
— Armada Española (@Armada_esp) 22 de marzo de 2018
Lo singular de esta circunstancia es que, de entre todas las mujeres, sólo una mujer transexual puede, a día de hoy, convertirse en suboficial mayor de las Fuerzas Armadas puesto que para llegar a este escalafón, el máximo en la Divisa de suboficiales y tropa de la infantería de marina, se requieren decenas de años de experiencia: soldado, soldado de primera, cabo, cabo primero, cabo mayor, sargento, sargento primero, brigada, subteniente… Teniendo en cuenta que las mujeres se incorporaron a la disciplina castrense en 1988, “no han tenido tiempo para lograr ser suboficial mayor”.
“Carolina acumuló muchos de esos años antes de hacer la transición a lo femenino”, cuenta alguien que trabajó con ella al diario El Español. “Para que te hagas una idea, muchos de los brigadas -varios rangos por debajo- que hay aquí tienen ya cincuenta años”, relata esta fuente. “Ella estudió mucho. Para pasar de subteniente a suboficial mayor hay que hacer un examen, además de tener una larga trayectoria”.