Mamá lesbiana soltera por ovodonación

5 razones por las que me convertí en madre lesbiana soltera

Estoy escribiendo este artículo desde un parque de bolas. Mi compañera de vida, Martina, juega mientras yo me tomo un café y trabajo. Es la flexibilidad de las autónomas, lo mismo curras desde casa que desde un parque.

Hace cuatro años y dos meses viví el cambio más brutal de mi vida. Me convertí en madre de Martina sin pareja, gracias a una ovodonación exitosa que me realicé en IVI Madrid, después de tres agotadores años intentando embarazarme en otros centros sin conseguirlo.

¿Por qué tomé esta decisión? Te voy a contar mis 5 razones:

Realmente yo deseaba ser mamá en pareja. Estar feliz y enamorada junto a la mujer de mi vida. Pero eso nunca sucedió. Mis relaciones no fueron en la dirección que yo esperaba. Esta fantasía me jugó en contra, porque mientras esperaba, mis óvulos iban perdiendo calidad.

Cuando me di cuenta de que no tendría el paquete completo, pensé: “yo quiero ser madre aunque no tenga esposa”. Y di el paso.

El entorno no ayudó mucho. “¿Estás segura?” “¿Tú sola?” “¿Lo has pensado bien?”. La gente pensaba que me iba a complicarla vida. “¿Y si te sale un bebé de alta demanda?” “Uy, los dos años son terribles”. Pero, ¿sabéis lo que pasa? Que no suelo dejarme llevar fácil por lo que los demás piensan.

El peor momento fue cuando tomé la decisión y con mucha ilusión estuve intentando embarazarme. Varias inseminaciones y fecundaciones in vitro con un mismo y duro final: negativo.

Quizás nunca he visto más claro lo mucho que deseaba ser mamá como cuando no conseguía el embarazo. Fueron años muy duros. Pero me di una última oportunidad, por eso me fui al mejor sitio: IVI. Ahí acepté que mis óvulos no funcionaban y me abrí a embarazarme con el óvulo de una donante. Porque, ¿qué quería yo? ¿Ser mamá o tener un hijo con mi misma genética?

En IVI me embaracé al primer intento. No lo podía creer. Esa felicidad yo no la había catado nunca.

Martina no nació de mi óvulo pero es completamente mía. En algún momento, en medio del embarazo, con el subidón de hormonas, tuve miedo. ¿Y si en algún momento me siento rara? ¿Y cómo le voy a explicar que nació por doble donación? Las inseguridades son normales. Pero una de las razones por las que me convertí en madre soltera es porque deseaba justamente eso, ser mamá. Y la vida me ha enseñado que en la familia no importa la genética, importa el amor.

Estoy trabajando en un parque de bolas. He tenido que levantar la cabeza cien mil veces para atender a los “mira, mami”.  A veces no es fácil. A veces debes hacer malabares para poder con el trabajo, la casa, la niña, el cole, la natación, el gimnasio, la vida personal… Malabares para ir al cine. Pero Martina es el sol alrededor del cual giran todos mis planetas. ¿Sabéis por qué soy madre soltera? Porque quería conocer el amor de verdad. Y por fin estoy viviendo el amor de la vida que yo soñaba. Si este también es tu caso te recomiendo pedir cita en el mejor centro, IVI.

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