Yelena Milashina es una mujer que tiene toda nuestra admiración. Es periodista, valiente, y comprometida con los derechos LGTB.
Yelena fue quien destapó las torturas y los asesinatos que se han cometido en Chechenia contra las personas LGTB. Milashina había recibido amenazas de muerte en el pasado por parte del notorio líder de Chechenia, Ramzan Kadyrov.
Hace unos días, cuando viajaba a hacer declaraciones al Tribunal, fue atacada por hombres enmascarados que se bajaron de un coche y le rompieron los dedos.
«Inmovilizaron y luego arrojaron a nuestro conductor fuera de su automóvil, se subieron, inclinaron nuestras cabezas, me ataron las manos, me obligaron a arrodillarme y me pusieron una pistola en la cabeza«, contó a un funcionario checheno de derechos humanos en un hospital de Grozny.
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El periódico para el que trabaja, Novaya Gazeta -que tuvo que cerrar sus operaciones por presiones del gobierno ruso-, informó que había sufrido una lesión cerebral interna y que tenía los dedos rotos. También le raparon la cabeza y le rociaron la cara con tinte verde.
Naciones Unidas ha pedido a Rusia que investigue esta agresión tan terrible, que lleve ante la justicia a sus atacantes y a quienes lo ordenaron.
Expertos de la ONU piden a Rusia que investigue el «violento ataque» contra la periodista Yelena Milashina. Por último, han exigido a que Rusia ponga fin a ese «clima de impunidad» y demuestre su «voluntad de crear un entorno propicio y seguro para todos los periodistas y defensores de Derechos Humanos».
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