Las noticias que nos llegan de oriente medio son demoledoras. Irak ha aprobado una ley brutal para combatir la homosexualidad criminalizando las relaciones entre personas del mismo sexo y a las personas trans. Activistas nacionales e internacionales calificaron la decisión como un «ataque a los derechos humanos».
Se hicieron enmiendas a una ley contra la prostitución de 1988 en una sesión a la que asistieron 170 de 329 legisladores. La Ley de Lucha contra la Prostitución y la Homosexualidad prohíbe las relaciones entre personas del mismo sexo con al menos 10 años de prisión y máximo 15. Ordena al menos siete años de prisión para cualquiera que promueva la homosexualidad o la prostitución.
Incluso impone penas de prisión de entre uno y tres años a las personas trans que se someten a un tratamiento de afirmación de género “basado en el deseo e inclinación personal”, o a los equipos de atención médica que realizan tratamientos de afirmación de género, y a las personas no binarias y de género fluido que vestirse o actuar fuera de las normas heteronormativas.
La investigadora de Irak de Human Rights Watch, Sarah Sanbar, calificó la nueva ley como “un acontecimiento horrible y un ataque a los derechos humanos”.
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El proyecto de ley incluía primero la pena de muerte para actos entre personas del mismo sexo, lo que los activistas calificaron de escalada “peligrosa”. Esto fue enmendado antes de ser aprobado después de una fuerte oposición de Naciones Unidas.
El documento dice que la ley tiene como objetivo «proteger a la sociedad iraquí de la depravación moral y los llamamientos a la homosexualidad que se han apoderado del mundo».
Hasta el cambio de ley, Irak no penalizaba explícitamente las relaciones entre el mismo sexo, pero sus cláusulas de moralidad vagamente definidas se habían utilizado para atacar a la comunidad LGTB+.
Es sin duda un ataque brutal al amor, a la libertad, y a la igualdad.