La Asociación de Boy Scouts de Estados Unidos han dado un paso histórico en la integración del colectivo LGTB al anunciar que levanta «con efecto inmediato» el veto que hasta ahora estaba vigente para el ingreso de los niños y niñas transexuales, que regía desde hacía más de un siglo.
Las numerosas quejas han llevado a la asociación a concluir que «tras semanas de discusiones nos hemos dado cuenta de que tomar el certificado de nacimiento como punto de referencia ya no es suficiente», ha explicado el director ejecutivo, Michael Surbaugh.
A partir de ahora los Boy Scouts solo tendrán en cuenta el género con el que los padres inscriban al menor, que pone fin al requerimiento de certificados de nacimiento. «Las comunidades y las leyes estatales están interpretando la identidad de género de manera diferente a como lo hacían en el pasado», ha justificado el director ejecutivo.
La decisión supone un nuevo paso en la apertura de la organización tras años de polémica y quejas por su política de discriminación. En 2013 comenzaron a admitir en sus filas a adolescentes homosexuales y en 2015 levantaron el veto que impedía a los adultos homosexuales trabajar como monitores.
La nueva decisión de levantar el veto llega semanas después de una polémica generada por la expulsión de los Boy Scouts de un niño transexual de ocho años en Nueva Jersey. «Soy un niño. Si yo fuera ellos dejaría entrar a todas las personas del mundo. Es correcto hacerlo», aseguró.
«Este es otro día histórico para los Boy Scouts of America. La decisión de permitir que los niños trans participen en los Cub Scouts y los Boy Scouts es un paso importante para esta institución«, afirma Zach Wahls, cofundador de Scouts for Equality, en un comunicado.
En Estados Unidos hay unos 2,3 niños en los Boy Scouts, que forman parte de aproximadamente 110.000 patrullas a lo alto y ancho del país, el 70 % de las cuales están afiliadas a organizaciones religiosas.