Seguramente habéis escuchado que durante la cuarentena que nos tiene confinados las 24 horas del día, hace más de un mes en nuestras casas, ha aumentado gravemente la violencia machista y los casos de mujeres maltratadas por sus parejas ha derivado en más llamadas al número telefónico de ayuda a víctimas de violencia de género.
La FELGTB, Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales ha alertado sobre otro tipo de violencia y maltrato que se da en los hogares y del que poco se habla en los medios. La violencia intragénero.
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Begoña Gallego, policía y representante de la entidad miembro de FELGTB, LGTBIpol, ha señalad que “en un mes, me han llegado cuatro casos, los mismos que suelen llegarme en todo un año”.
Es muy duro estar encerrado en casa con tu maltratador o maltratadora y no poder marcharte a casa de un amigo o familiar después de una discusión, o temer tomar la decisión de cortar esa relación del todo por no saber donde ir.
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Por este motivo, la FELGTB, en colaboración con sus entidades federadas y bajo la supervisión de las fuerzas y cuerpos de seguridad, presta un servicio de atención a través de su Línea Arcoíris (91 360 46 05/ info@felgtb.org) que ofrece alternativas y recursos para ayudar a las víctimas a gestionar la situación.
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“Se trata de un tipo de violencia que muchas veces no se denuncia porque las víctimas temen que las autoridades no entiendan su situación o no se les atiendan correctamente. De hecho, los casos que suelen llegar a la policía lo hacen siempre de la mano de alguna entidad LGTBI”, asegura Gallego.
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En este sentido, Charo Alises, abogada asesora de FELGTB, pone de manifiesto que hay mucha desinformación sobre la violencia intragénero entre todos los operadores jurídicos. “Hay ocasiones en los que una agresión intragénero se gestiona como una agresión cualquiera entre dos varones, como una pelea, por ejemplo. Sin embargo, esto no es ni siquiera comparable a cuando la agresión se produce dentro de la pareja y la violencia es parte de un ejercicio de poder que tiene como objetivo dominar y controlar a la víctima”, declara. Por eso, Alises incide en la importancia de la formación para fiscales, policías, miembros de la abogacía, etc.
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Sin embargo, recuerda a las víctimas que la violencia intragénero está regulada y que quien la sufre tiene derecho a buscar protección y denunciar los hechos. Para eso, se puede llamar por teléfono a la policía o acudir presencialmente tanto a la comisaría, como al juzgado o a la fiscalía, que permanecen abiertas 24 horas pese al estado de alarma. “Ante una situación de malos tratos se puede salir de casa para denunciar. Además, si se tiene miedo a represalias, se puede pedir una orden de protección en el lugar en el que se presente la denuncia”, asegura la abogada.
También recomienda acudir al centro de salud y explicar que se está siendo víctima de violencia por parte de la pareja (para que conste en el parte) si se han sufrido lesiones o si la persona que recibe esta violencia se encuentra emocionalmente mal, ya que, en muchos casos, la violencia intragénero no es física sino emocional.
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¿Qué es la violencia intragénero?
Según Elena Longares, activista y formadora colaboradora de FELGTB, la violencia intragénero a pesar de no radicar en el machismo, como la violencia de género, y de tener otros orígenes como pueden ser la edad, el estado de salud, el nivel económico, el estado serológico o la situación administrativa, entre otros, “es también una consecuencia de la manera de relacionarnos que nos enseña el sistema patriarcal”. “Esta violencia no nace de la nada, sino que está inspirada por un sistema y ampara muchos tipos de violencia, no solo la física”, asevera.
“Existen muy pocos recursos de atención para las víctimas de este tipo de violencia y muy pocos servicios de apoyo psicoemocional. Las entidades LGTBI los ofrecen, pero alguien que sufre esta situación no debería depender de que en la zona en la que vive haya una asociación, sino que debería de recibir esta atención desde las instituciones públicas”, asegura.
La presidenta de FELGTB, Uge Sangil, explica que la violencia intragénero, al igual que la violencia de género, comienza con comportamientos restrictivos y controladores disfrazados de pautas de cuidado pero que van reduciendo la autoestima, la seguridad, y la independencia de la persona maltratada. “En la violencia intragénero, además de los celos, el control de horarios, de las amistades, etc. la persona agresora reproduce argumentos homófobos que se valen de la propia homofobia interiorizada de la víctima con mensajes tipo “a las personas LGTBI no nos quieren en ningún sitio, así que más te vale quedarte conmigo”, afirma.
“Las expresiones de violencia van escalando desde la agresión psicológica hasta las agresiones verbales y a las físicas de menor a mayor gravedad. Durante este tiempo, la víctima experimenta una pérdida de referencias y de autoestima de manera que le es difícil entender el significado y la trascendencia del proceso en el que está inmersa y el riesgo que corre”, añade Sangil.