La falta de legislación y criterio en los servicios del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) está poniendo en riesgo la vida de una madre y su hijo no nato de 7 meses, en Monterrey.
Cristal Pacheco tiene diabetes gestacional; su hijo, a quien nombrarán Arath, tiene una ectasia renal; mientras más tiempo pase en el vientre de su madre, más riesgo existe en sus riñones.
El tratamiento neonatal que requiere el pequeño no se puede suministrar sin que ponga en riesgo la vida de su madre.
Un tratamiento adecuado y una unidad de respuesta inmediata podrían ponerlos a salvo a los dos, de no ser porque el IMSS se rehúsa a asegurarla.
Esto debido a que el cónyuge de Cristal, quien además labora en el IMSS, es otra mujer, Gisela Almazán.
Ellas contrajeron matrimonio legal hace 18 meses, el 15 de junio de 2012, en la Ciudad de México. Tiempo después decidieron agrandar la familia, pues ya tienen una pequeña de 4 años de edad.
“Ella (la niña) siempre quiso un hermanito, está rodeada por adultos y en la colonia tampoco hay niños, decidimos que queríamos brindarle compañía, y tener otro hijo”, cuenta Gisela.
Nunca consideraron buscar el ingreso de Cristal al IMSS, esperaban que la legislación, actualmente en el Senado, fuera votada, para no tener problemas.
El artículo 84 de la Ley del Seguro Social para incluir a los matrimonios del mismo sexo ya fue aprobado en la Cámara de Diputados, pero siguecongelado en el Senado y no ha podido ser promulgado.
Sin embargo, la situación de salud se les adelantó y la diabetes empujó a Gisela a buscar el ingreso de Cristal y posteriormente de Arath, para que obtuvieran el servicio médico adecuado.
“No es procedente”
La respuesta fue tajante e incluso grosera. Un rotundo “no” y el maltrato del director de la unidad 26 del IMSS, así como del delegado del sindicato.
“El jefe de personal, muy feíto, me gritó que allí no se podía y le habló al delegado, a la gente de Orientación, y se hizo un problema, pero luego regresé para solicitar esta negativa por escrito”, dijo.
La Delegación Regional del IMSS entregó el 29 de octubre de 2012 el rechazo definitivo a la solicitud de su empleada.
El artículo 84 de la Ley del IMSS, dice que “la esposa del asegurado o el esposo de la asegurada”, e incluso su concubina o concubino, tienen derecho a los servicios de salud.
En su negativa incluso señalan que el IMSS está “plenamente comprometido con el cumplimiento de las normas que prohíben todo acto que implique discriminación y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y las libertades de las personas.
“Asimismo le informo que el Instituto y sus servidores públicos se encuentran obligados a observar el principio de legalidad, de tal manera que su actuación debe ceñirse estrictamente a las disposiciones que regulan la prestación del servicio público del Seguro Social.
“Por lo anteriormente expuesto y fundado, se concluye que: el registro de beneficiarios derivado de un matrimonio o concubinato entre personas del mismo género, no es procedente el régimen del Seguro Social al existir un impedimento legal para realizarlo”, dice la misiva entregada el 3 de diciembre de 2013, aunque está fechado y firmado por el delegado Francisco Javier Mata Rojas desde el 29 de octubre del mismo año.
Cristal y Gisela buscaron el apoyo del proyecto Litiga (Litigios Estratégicos para la Comunidad LGBTTTI) y comenzaron un proceso para obtener un amparo.
Éste fue recibido el 20 de diciembre de 2012 y turnado al Juzgado Segundo de Distrito Administrativo del Estado, y quedó registrado bajo el número 003870/2013.
La demanda de amparo indirecto recae sobre el Congreso de la Unión como parte ordenadora, y sobre la Dirección General IMSS, el delegado del IMSS en Nuevo León y el Diario Oficial de la Federación.
Existe un precedente legal en agosto de 2011, cuando la delegación estatal tuvo que aceptar el registro de Ana de Alejandro, cónyuge de Criseida Santos, el primer matrimonio del mismo sexo en NL que ha logrado obtener este beneficio.
Contra el tiempo
Armados con las recientes reformas a la Constitución en materia de Derechos Humanos, los representantes de Litiga están confiados en obtener el amparo, el problema, es el tiempo.
“Yo tengo diabetes gestacional y mi bebé tiene ectasia renal. Nosotros necesitamos atención médica para garantizar nuestra vida.
“Yo le pido al juez que resuelva pronto porque podemos no llegar vivos a la audiencia, es hasta el 7 de marzo”, dice Cristal.
Actualmente madre e hijo consultan en una clínica particular y en el hospital Universitario, pero demandan la atención especializada que el IMSS les puede otorgar.
Para Mariaurora Mota, quien dirige el proyecto Litiga, el IMSS puede solucionar esta situación sin tener que esperar los cambios legales, toda vez que aplique el principio “pro persona” y elija la vida de la madre y su hijo antes que lo “legalmente permitido”.
“Aún cuando ya hay resoluciones a favor para las parejas de mismo sexo, el Seguro Social sigue sin reconocer estos matrimonio; están violando el artículo 1 de la Constitución, por eso queremos hacer un llamado para que la Suprema Corte de Justicia de la Nación atraiga este caso, para que ordene que Gisela pueda registrar a Cristal, que ella y su bebé reciban atención médica.
“(Que) los senadores de una buena vez concreten las reformas al Seguro Social y los matrimonios del mismo sexo sean reconocidos y se les brinden beneficios”, señala la activista.
El tiempo sigue su curso, y aunque aún no saben las consecuencias de la condición congénita de Arath, la incertidumbre por no saber qué puede ocurrir el día del alumbramiento tiene a esta familia sumida en la incertidumbre.
No pueden esperar hasta la audiencia y esperan que el juez considere esta situación o la Suprema Corte de Justicia de la Nación pueda atraer el caso y poner a salvo a madre e hijo.
Fuente: Milenio.com