
Es una historia para no creérsela. Por absurda y por cruel. Pero Fezco conmocionó a miles de personas en redes sociales, personas comprometidas con el maltrato animal y la LGTBfobia, que compartieron su historia a tal punto que salió hasta en el telediario.
Fezco tenía una familia humana heterosexual bastante intolerante e ignorante, a tal punto que cuando le vieron montar a otro perro macho, pensaron directamente que Fezco era un animal pecador condenado al infierno por su homosexualidad. Y no se les ocurrió una mejor idea que abandonar al perro en un refugio de Carolina del Norte.
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Desde el refugio difundieron la historia de Fozco, además de agregar que a sus 4 o 5 años era profundamente adorable y cariñoso con los humanos.
Fozco encontró rápidamente familia. Se trata de una pareja gay, Steve y John Nichols, que ha experimentado la homofobia en sus carnes. “Hemos estado sujetos a ese tipo de intolerancia e ignorancia a lo largo de nuestras vidas juntos, y no siempre pudimos hacer nada al respecto”, dijo Steve. “Nos miramos y dijimos: ‘Podemos hacer algo al respecto’”.
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La primera medida de sus padres fue cambiar el nombre del hijo perruno, ahora se llama Oscar, en referencia a Oscar Wilde.
¿Es Oscar un perro gay? No lo sabemos. Lo que sí sabemos y confirman los especialistas es que los perros machos se montan entre ellos como juego y como acto de dominación, no por orientación sexual.
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También sabemos que la homosexualidad está presente en más de 400 especies animales, y la homofobia solo en una especie, la nuestra.
Deseamos una buena vida a Oscar y a sus papás.