Durante años, las familias creadas mediante gestación por sustitución han reivindicado su derecho y el de sus hijos a ser tratadas con igualdad respecto a otras familias españolas. Durante años, el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social se ha negado a reconocer ese derecho y esa igualdad que la Constitución avala. Durante años las familias no se han resignado y han peleado sus derechos en los tribunales. Y han sido muchas, muchas, las sentencias tanto de tribunales ordinarios como tribunales superiores de justicia, las que han reconocido nuestros derecho a la prestación de maternidad, en pie de igualdad con otras familias y en respeto al interés superior del menor. Nada de eso detuvo al Ministerio de Trabajo, que continuó negando derechos y obligando a las familias a recurrir una y otra vez ante los tribunales.
Al final ha sido el Tribunal Supremo el que ha hablado. El que ha reconocido lo que era de justicia, lo que tantas veces jueces de toda España ya había sentenciado: que los padres, biológicos o no, tienen el derecho de recibir estas prestaciones porque ha de hacerse “una interpretación integradora de las normas aplicadas, contempladas a la luz de la jurisprudencia del TEDH y de diversos preceptos constitucionales, legales y reglamentarios”.
Al fin se ha dictado justicia y es de esperar que, a partir de ahora, el Ministerio de Doña Fátima Bañez, y el señor Tomas Burgos, Secretario de Estado de la Seguridad social, acaten con la prontitud debida esta sentencia y se empiecen a conceder, desde hoy mismo, las prestaciones sociales a todas la familias que las soliciten, como sucede el resto de familias españolas.
Por otro lado, esta sentencia tiene una dimensión supranacional.
Recientemente, el Consejo de Europa se ha negado a reconocer la igualdad de todos los niños y niñas europeos, considerando que los menores nacidos por GS no pueden tener los mismos derechos que el resto. Parlamentarias españolas, como Soraya Rodríguez, del PSOE, o Carmen Quintanilla, del PP, votaron en contra de esta igualdad. Sirva esta sentencia del Tribunal Supremo para recordar a sus señorías, nacionales o europeas, lo que nunca debían haber olvidado. que los españoles somos iguales ante la ley y que siempre, siempre, ha de prevalecer el interés superior del menor.
¡Felicidades familias!
¡Felicidades a nuestros hijos e hijas!
Y ahora, a seguir luchando para lograr la regulación plena de la GS en España y lograr que, de una vez por todas, los españoles no tengamos que emigra para lograr eso a lo que tenemos derecho. Fundar nuestra propia familia.
Asociación Son Nuestros Hijos