Aminat Lorsanova, de 22 años, estuvo detenida durante cuatro meses en el dispensario psico-neurológico republicano, mientras que un conocido no identificado de su padre intentó «expulsar a los espíritus malignos» golpeándola.
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Como tantos y tantas jóvenes, Aminat fue confinada en varios centros y ahora, no solo pide responsabilidades contra el centro que la retuvo cuatro meses sino que también está pidiendo que se presenten cargos contra una segunda clínica psiquiátrica que la retuvo durante 25 días en agosto de 2018.
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Ambas clínicas se encuentran en la ciudad de Grozny, en la República Chechena, una región de Rusia que lanzó una supuesta ‘purga gay’ contra la población LGTBI. Múltiples organizaciones de derechos humanos han expresado serias preocupaciones después de que los refugiados del colectivo hablaran de abuso y tortura en campos de concentración LGTBI. El líder homófobo checheno, Ramzan Kadyrov, que se refiere a las personas homosexuales como ‘demonios’, ha negado en repetidas ocasiones que las purgas estén teniendo lugar.
Como con muchos refugiados, la bisexualidad de Lorsanova fue rechazada por su conservadora familia musulmana. Ella dijo que cuando se negó a cumplir lo que se esperaba de ella con lo que su padre le inyectó un medicamento antipsicótico contra su voluntad en al menos seis ocasiones en 2018.
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“Me puso las esposas y me ató las piernas con cinta adhesiva. Mi boca también fue tapada. Me dijo que me iba a tratar como un animal, como una oveja. Después de la inyección de aminazina, se suponía que debía dormir y aún así no soltó mis piernas y manos «.
Luego se vio obligada a soportar golpes brutales mientras sus padres observaban.
“[El hombre] me estaba golpeando con un palo en el plexo solar, presionando esta área y debajo con sus dedos. Bajó mi falda hasta las caderas y estaba presionando allí también ”.
“Estaba gritando de dolor, y él estaba rezando. Mi madre y mi padre observaron el proceso, pero no hicieron nada a pesar de que pedí ayuda y les pedí que lo detuvieran ”.
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La joven pudo escapar gracias a la Red LGBT rusa, un grupo de defensa que ha sido instrumental en la evacuación de personas LGTBI de la región. Consiguió escapar gracias a un voluntario y después de que ella huyó, fue atacado en su apartamento e interrogado sobre el paradero de Aminat.
Ahora segura fuera de Rusia, Lorsanova ha presentado una queja ante el Comité Federal de Investigación de Rusia, exigiendo que las autoridades inicien procedimientos penales contra sus torturadores. Aún no tenemos datos acerca de la respuesta del Comité y, según están las cosas en Rusia, dudamos que se resuelva temprano. Aunque esperamos que la instancia y denuncia del Tribunal de Derechos Humanos europeo consiga hacer que dejen de sucederse estos casos con esta impunidad.