Laura Ann «Lauri» Carleton era la propietaria de una tienda de ropa en el sur de California. Lauri (de 66 años) y su marido conformaban una familia reconstituida con nueve hijos entre ambos. A priori puede parecer que algo en esta historia no encaja. Lauri no se consideraba parte del colectivo LGTB directamente, pero era una firme defendora de los derechos humanos y en particular de los derechos LGTB, por este motivo, decició colgar una bandera del orgullo en la puerta de su negocio y ha sido asesinada sólo hacerlo.
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Laura Ann fue encontrada con una herida de bala el pasado viernes por la noche en su tienda Mag.Pi, según el comunicado de prensa del Departamento del Sheriff del Condado de San Bernardino. Fue declarada muerta en el lugar.
«A través de investigaciones posteriores, los detectives se enteraron de que el sospechoso hizo varios comentarios despectivos sobre una bandera arcoíris, que estaba fuera de la tienda, antes de disparar a Carleton»
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El sospechoso huyó después de disparar a la mujer y fue encontrado más tarde a poco más de un kilómetro de distancia, todavía armado. El comunicado relata que cuando los agentes intentaron ponerse en contacto con el sospechoso se produjo un encuentro con fuerza letal y el sospechoso fue declarado muerto y que ningún agente resultó herido durante el incidente.
No deja de sorprender que en pleno siglo XXI siga creciendo la ola de odio hacia el colectivo y que sea, precisamente, en California, la cuna del origen del movimiento donde se haya cometido este horrible asesinato de odio hacia una mujer que lo único que había hecho era poner una bandera arcoíris en su puerta.