El viernes Alemania vivió un momento histórico, se aprobó por fin el matrimonio igualitario y la adopción homoparental, una asignatura pendiente en un país donde un rotundo 80% estaba a favor de la aprobación.
Según una entrevista de la canciller alemana, Angela Merkel, a la revista Brigitte, conocer a una pareja de lesbianas le hizo cambiar de opinión a su mentalidad cerrada con respecto al amor homosexual.
Se llaman Christine y Gundula Zilm, y Merkel las conoció en el invierno de 2015.
«Viví una experiencia que me conmovió en mi circunscripción electoral de nacimiento», explicó. Allí la canciller tuvo la oportunidad de charlar con una de sus electores, Gundula Zilm, a quien le comentó que lo le hacía retroceder en su decisión de aprobar el matrimonio igualitario era «el bienestar del niño».
Evidentemente, hubo otros motivos —más políticos— que motivaron este giro. La canciller tenía la presión de sus adversarios políticos sobre esta cuestión social. «Angela Merkel sabía que esta cuestión iba a plantearse de forma muy concreta tras las elecciones», señala a Franceinfo Hans Stark, especialista en política alemana. Al declararse abierta al voto, Angela Merkel daba un paso adelante, dejaba a los diputados de su partido elegir y se redimía de algún modo del resultado de la votación. Por otro lado, ella misma ha votado contra el proyecto de ley, lo que demuestra que, si bien esta pareja lesbiana tuvo un impacto sobre ella, se trata más bien de una estrategia política.
Han bastado 38 minutos para que los diputados se decidan sobre la cuestión.
Christine y Gundula Zilm ya lo celebraban: «Cuando se confirme que se ha aprobado, lo primero que haremos será ir a comernos unos helados con los niños. Se pondrán locos de alegría».
Fuente: Huffington Post