Cuando dos hombres deciden tener hijos pueden recurrir a la adopción, al acogimiento o a la gestación subrogada. En este último caso, es cuando surgen las dudas sobre cuál de los dos va a ser el padre biológico del futuro bebé.
Las formas de resolver el dilema son múltiples y dependen de los deseos de cada pareja. Pero a la hora de tomar esa decisión conviene evaluar las siguientes circunstancias:
En primer lugar, la calidad de los espermatozoides, aquí los factores son completamente clínicos: que el volumen del semen eyaculado sea de 2 a 5 ml, que la movilidad de los espermatozoides sea mayor del 60% y que tengan una capacidad de avance superior a +2 (en una escala de1 1 al 4), que el número de espermatozoides sea de más de 20 millones por mililitro y más del 35% sea de aspecto normal, etc.
En segundo lugar, los antecedentes familiares, es decir, que no existan enfermedades genéticas hereditarias.
Una vez comprobada la calidad y los antecedentes, y en el caso de que ambos sean aptos como donantes, ya entran en juego el resto de factores:
– Que uno de los dos tenga ya hijos biológicos de una relación anterior.
– Que decidan tener más de un hijo y se turnen a la hora de ser los donantes.
– Dividir los óvulos donados entre los dos e inseminar cada 50% con el esperma de cada uno de ellos.
– Que ambos lleguen a un acuerdo y opten por un donante de esperma, renunciando a su carga biológica, aunque esta opción es muy poco habitual.
Sea como fuere, lo importante es que ese niño va a tener dos padres que le van a querer y cuidar durante toda su vida independientemente de cuál de los dos haya aportado sus genes.