Los primeros cuidados del bebé nos abruman, nos preocupan y nos estresan, especialmente porque estás empezando a entender a esa pequeña personita que acaba de aparecer en tu vida. Poco a poco iréis conociéndoos, así que no te agobies. Relájate y trata de hacerlo lo mejor posible porque cada bebé es único y sus cuidados van a depender de ti y de tu pareja.
De las pruebas iniciales no tendrás que preocuparte ya que se las realizan en el hospital. En los primeros cinco minutos de vida le realizarán el test de Apgar, en el que se valora su estado y si va a necesitar algún tipo de cuidado especial. Una vez superado este test, se le practica la prueba del talón, para descartar enfermedades endocrino-metabólicas congénitas que son poco frecuentes.
Vas a tener que estar pendiente de mil cosas y estas son unas de las más habituales a las que te vas a tener que enfrentar:
Los primeros días, los bebés mantienen los brazos y las piernas dobladas, no te agobies, es la posición que han tenido durante nueve meses, poco a poco irán estirándose. De lo que sí tendrás que tener cuidado es de su cabecita ya que la fontanela (apertura entre los huesos craneales) permanece abierta durante el primer mes de vida. Además, te recomiendo que le coloques un gorrito de algodón para que mantenga la temperatura corporal.
Los bebés segregan bastante mucosa al principio, no te preocupes, es algo natural y la irá eliminando poco a poco, bien a través de la garganta o bien a través de los estornudos que son bastante habituales. También suelen conservar una vellosidad llamada lanugo en la espalda, hombros y brazos que se le irá cayendo poco a poco.
Su vida va a consistir en dormir y comer. Aunque al principio comerá cada tres o cuatro horas, después irá distanciando las tomas. A veces les da hipo, debido a que han tragado mucho aire, por eso es importante hacerles eructar al finalizar e incluso entre medias para que se sienta más a gusto y continúe comiendo. Sus deposiciones, serán escasas, de color amarillento y bastante líquidas, pero a medida que comience a alimentarse regularmente, notarás que van cambiando y que se hacen más regulares, generalmente una después de cada comida.
Algo que siempre nos asusta es la pérdida de peso del bebé, pero debes saber que es algo natural durante los primeros tres o cuatro días. Después ya comienzan a aumentar de peso, de hecho suelen duplicarlo en los primeros cinco meses de vida y triplicarlo al año.
Pero cuando más tendemos a agobiarnos es cuando lloran. No siempre lloran por hambre o porque les duela algo. También lloran porque necesita sentirte cerca. Ten en cuenta que ha pasado nueve meses recogidito en tu interior, sintiendo los latidos de tu corazón y lo que necesita es volver a revivir esa sensación de abrigo y calor. Pero poco a poco irás diferenciando los distintos llantos de tu bebé.
No podemos olvidarnos de la hora del baño. Un baño completo no es necesario hacerlo todos los días, aunque sí emplear una esponja para refrescarle y limpiar sus partes íntimas después de cada cambio de pañal. Utiliza siempre agua tibia y no demasiado jabón. Y cuando hayas terminado, a la hora de vestirle, no le abrigues demasiado ni le pongas prendas apretadas.
Algunos bebés desarrollan la llamada dermatitis del pañal por lo que deberás tener a mano alguna crema especial para aplicársela cada vez que le cambies y después del baño. Por otro lado, el pañal es preferible colocarlo por debajo del ombligo, ya que los primeros días requerirá de cuidados especiales hasta que se le haya caído del todo el cordón umbilical, algo que suele suceder unas dos semanas después del parto.
Y lo más importante de todo es que aprendas a deleitarte con todos estos momentos que, aunque parezcan complicados, se volverán rutinarios y maravillosos.