Es una cosa muy extraña. ¿Qué habrá sido? ¿Un golpe en la cabeza? ¿Un rayo de empatía que golpeó sus ideas? No lo sabemos, pero lo cierto que es la política italiana, Alessandra Mussolini, nieta del dictador Benito Mussolini, tristemente famoso por su fascismo y por el maltrato hacia las personas LGTB, entre muchos otros horrores, parece ya otra persona.
Si hace unos años se manifestaba contraria a la adopción LGTB, diciendo que los pobres niños no tenían por qué ver a sus padres «revolcándose en la cama». Era muy contraria a los derechos de nuestra comunidad, como en su momento lo fue su abuelo, que quiso limpiar Italia desterrando a los gays a una isla.
Gabriele Piazzoni, presidente de la asociación Arcigay, afirmó que Mussolini había dado «un giro de 180 grados respecto a la política conservadora, heterosexual y católica con la que se la asociaba. La gente suele cambiar de opinión gracias a un amigo o familiar LGTB. Eso vale por cien de nuestras campañas», añadió.
Además de política, Alessandra es médica, cantante, ex actriz y modelo. En 2004 se convirtió en la primera mujer en dirigir un partido político en Italia. Diputada del Parlamento Europeo desde 2014 por el partido Forza Italia. Hace unas semanas rechazó un documento del Parlamento Europeo porque le pidieron señalar su género. «No me pregunten de qué género soy porque no se lo voy a decir«, explicó antes de argumentar que es insensato que las instituciones europeas se digan contrarias a la discriminación y luego exijan encasillar a sus integrantes en las categorías de hombre o mujer.
«Hablé con el responsable de nuestra delegación y le dije que iba a pedir un pase de seguridad sin especificar mi sexo. Él me respondió que esto está muy bien y que es una batalla importante», explicó.
La Mussolini, que hace unos años llegó a decir que era mejor ser fascista que «maricón», señala actualmente: «Me he equivocado sobre los LGTB. Todos tienen derecho a ser lo fluidos que deseen«, dijo, en otro programa en televisión. «He visto el gran sufrimiento de los adolescentes de hoy por su miedo a decir la verdad a sus familias. ¡Basta con esto del sexo!”
En 2021 la Eurodiputada apoyó un proyecto para combatir la homofobia en Italia presentado por el partido contrario. Ojalá pudiéramos ver este tipo de cambios en más políticos del mundo, ¿no os parece? Nos recuerda la historia de una de las activistas anti LGTB más famosas de Estados Unidos. ¿Sabéis que le ha pasado? Que su nieta es lesbiana y se ha casado con una mujer.