El gobierno de la extrema derecha italiana, dirigido por Giorgia Meloni, tiene entre sus objetivos de guerra a un colectivo bastante vulnerable ahora mismo: las familias LGTB.
Giorgia Meloni, la primera mujer en ser primera ministra en la historia de Italia, cuyo partido, los Hermanos de Italia, proviene de un movimiento que fue conformado por exmiembros del partido Fascista fundado por Mussolini.
Meloni se describe como una madre cristiana y cree firmemente que los niños deben ser criados solo por su padre y su madre.
Meloni no quiere que existan nuestras familias, y desde ahí toma medidas que no tienen en cuenta el bienestar de los niños. Como es el caso de hijos de madres lesbianas que están perdiendo legalmente a una de sus madres, porque como os hemos contado desde hace unos meses, el gobierno no quiere que existan niños con dos mamás, así que las madres no gestantes están siendo borradas de las partidas de nacimiento.
Las lesbianas y los gays no pueden adoptar en Italia. Y las lesbianas, ya sea solteras o en pareja, no pueden acceder a técnicas de reproducción asistida. Muchas deben viajar a España para poder realizarse un tratamiento de fertilidad, con los cuantiosos gastos que eso conlleva.
Claudio y Davide son una pareja gay (nombres ficticios, tienen miedo) italiana que ha sido entrevistada por la BBC. Han recurrido a la gestación subrogada en Estados Unidos y esperan a su hijo que nacerá dentro de poco. La gestante les ha regalado un oso de peluche en el que se escuchan los latidos del corazón del bebé, que grabó ella por ultrasonido.
“Tenemos dos opciones: quedarnos en Italia e ir a prisión, o huir”, comentan en la entrevista, en referencia a una nueva ley que no solo hará más difícil que las familias LGTB tengan hijos, sino que además lleva la gestación subrogada al mismo nivel que la pedofilia, convirtiéndola en un «crimen universal».
Esto quiere decir que da igual que la hagas en un país donde está legalizada, que da igual que la gestante lo haga de manera altruista o sea tu propia hermana. Puedes ir a prisión. “Me da temor que mi hijo no vaya a crecer con sus padres porque acabemos en la cárcel”, dice Claudio. “Siento que me están forzando al exilio solo por querer ser padre”, dice Davide.
La pareja se está preparando para pedir asilo político en un país gayfriendly del continente y están aprendiendo idiomas.
“No quiero dejar mi país. Me siento orgulloso de ser italiano”, explica Davide. “He tratado de ser el mejor ciudadano posible, y ahora me siento tratado como un criminal solo porque quiero tener una familia”.
Maurizio y Mauro llevan 20 años juntos y tuvieron gemelos gracias a una gestación subrogada. El gobuierno ha impedido que puedan inscribir a sus hijos, así que no cuentan con la ciudadanía italiana, lo que significa que van a tener dificultades para acceder al sistema de salud gratuito o las guarderías.
“Nuestros hijos no existen ante los ojos del estado italiano. Ellos son tratados como inmigrantes ilegales. Es discriminación total”, explica Mauro.
Esta situación les ha causado gran ansiedad: cada vez que salen a la calle con los mellizos, Luisa y Giorgio, deben tener a mano una serie de documentos en caso de que deban probar que en efecto son sus padres.
«Todas las personas LGBT en Italia están bajo ataque. Para el gobierno, nuestras familias no son familias reales», dice Valentina, mamá lesbiana, conteniendo las lágrimas mientras observa a su hija de 16 meses perseguir conejos en el parque.
Como madre biológica del niño, su estatus está seguro. Pero la orden del fiscal es que se elimine el apellido de Daniela, la madre no gestante, del acta de nacimiento de Caterina.
“No podré llevar a mi hija al colegio, no podré tomar decisiones por ella en un hospital, no podré viajar con ella al extranjero sin el permiso escrito de Valentina”, explica Daniela con pesar.