¿Conocéis a alguna mujer que esté encantada con su cuerpo y le guste al 100% todo lo que ve en el espejo? Yo no, pero sí que conozco a muchas que saben cuál es su punto fuerte y procuran potenciarlo siempre.
Esta es una de las máximas que debe primar en el momento en que te dispongas a buscar tu vestido de novia: conocer bien tu cuerpo para disimular lo que no te gusta y darle prioridad a aquellas partes con las que te sientes mejor, lo que hará que te veas espectacular y, sobre todo, cómoda en un día en el que no pararás ni un momento.
Sea un vestido sirena, de princesa, corto o con pantalón, debes tener presente ciertos aspectos que te ayudarán a descartar muchos modelos y te ayudará a acotar la búsqueda, centrándote en otros que sean realmente favorecedores para tus formas.
Si tus hombros y caderas tienen el mismo ancho y se acompañan de una cintura estrecha, se considera que tu forma es de reloj de arena, lo que significa que eres de las afortunadas que tienen el cuerpo más acompasado y lo que más te favorecerán serán los vestidos ajustados en la cintura: el corte sirena, una falda con volumen (evitando los plisados) o un pantalón tanto recto como ancho desde la cadera. Evita los vestidos de corte recto y corte imperio, porque el primero puede no ajustarse bien a tus formas y el segundo las esconderá totalmente.
Si tienes una cintura bien definida y los hombros más estrechos que las caderas, tu cuerpo tendrá forma de triángulo, por lo que te verás perfecta con vestidos en forma de A o corte princesa que disimularán un poco tus caderas, así como las mangas y adornos en la zona superior te ayudarán a compensar la figura. Asimismo, te verás favorecida con escotes de un solo hombro o palabra de honor, y si llevas pantalones procura que sean rectos, sin pinzas y sueltos en las caderas, pero evita siempre los escotes amplios que pueden hacer que te veas demasiado cuello.
También puede ser que te ocurra al revés, que tengas más ancha la espalda y los hombros que las caderas, por lo que el triángulo se invierte y te verás mejor con escotes más cerrados que disimulen el pecho, así como con vestidos cortos que llamen la atención en las caderas y piernas o faldas amplias tipo princesa que crearán un equilibrio con tu parte superior. No deberías elegir vestidos de corte imperio, pues acentuará el pecho, los hombros y la espalda. Si optas por unos pantalones, prueba con unos anchos desde la cadera, que tienen mucho movimiento y ayudarán a compensar la anchura superior.
En la misma línea, si tienes una figura homogénea porque tu parte inferior y superior son muy similares y la cintura no está especialmente marcada, se considera que tienes forma de rectángulo, lo que hace que te realce la figura los corsés ceñidos a la cintura, y los escotes y faldas amplios. El corte en A te beneficiará, así como la superposición de capas que te aporte volumen y forma. Evita el cuello halter, las telas con mucha caída como la seda, los cuellos cuadrados y las mangas cortas. Si te decides por un conjunto de chaqueta y pantalón haz hincapié en la cintura, que te aportará curvas y sobre todo evita los cortes rectos.
Por último, aquellas que tenéis constitución ovalada os veréis estupendas con un escote en V y con drapeados que disimulan las redondeces. Tened en cuenta que lo que más os favorece es la cintura alta y los vestidos de corte imperio o en forma de A, y para pantalones, siempre rectos. Igualmente debéis evitar los plisados y los vestidos que no se adapten a vuestra figura, pues al ser más anchos añadirán volumen visual innecesario.
Y un secreto… si cuando vayas a casarte, calculas que estarás embarazada, ni lo dudes: el corte imperio es el tuyo. La comodidad y elegancia que te proporcionará la caída de la tela hará que te veas una novia pre-mamá preciosa.
Y recuerda que independientemente de la forma que tenga tu cuerpo, tu sonrisa y felicidad harán que, siempre a tu estilo, seas la novia más radiante.
Mac&Bell, bodas a tu estilo