Aún cuando la vida es aterradora, podemos contaros de historias bonitas que nos ayudan a creer que no siempre todo está perdido.
Esta es la historia de una pareja de lesbianas a la que por seguridad cambiaremos el nombre. Martha, de 21 años, trabajaba como costurera. Sally, de 25 años, era enfermera. En enero de 2023, los vecinos de su urbanización en la zona de Bafoussam, en el oeste de Camerún, se quejaron ante la policía sobre ellas.
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Los vecinos descubrieron que no era solo amigas que convivían, y una de sus vecinas aseguró que las escuchaba tener relaciones sexuales. La policía las interrogó pero como ellas se negaron a responder sus preguntas allanaron su vivienda y fueron acusadas de «homosexualidad».
Fueron condenadas a una multa de unos 350 euros y un año de cárcel. Si no tenían dinero para pagar la multa, como era el caso, la pena de cárcel aumentaba tres meses más.
Debido a que fueron encarcelados por ningún otro delito que el de amar y vivir su relación, calificaron para recibir ayuda del Proyecto Not Alone (no estás solo), que ayuda a las víctimas encarceladas por la homofobia camerunesa y nigeriana.
El proyecto depende de donaciones de lectores para ayudar a pagar multas de personas LGTB encarceladas por razones tan injustas como una orientación sexual y una identidad de género. En su última recaudación consiguieron salvar a 11 de las rejas.
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Gracias a ello Martha y Sally han podido salir de la cárcel y ahora intentan rehacer su vida en un país con una brutal LGTBIfobia.