“¡Uy! ¡He salido horrible! No, no, repite la foto”, “Haz otra, pero ponte allí, que es mi lado bueno”… ¿Cuántas veces no hemos dicho algo así y hemos vuelto a posar y a sonreír para salir bien en la foto? ¡Yo mil veces!!
Desde que a principios del siglo XIX se hicieran las primeras fotografías, esas instantáneas han sido una “memoria externa” inagotable de recuerdos que nos han trasladado a esos momentos importantes para nosotros, divertidos y sobre todo vividos.
No existe una celebración donde no se hagan fotos de todo tipo, desde la comida hasta la decoración, pasando por nosotros mismos en infinitas poses y situaciones. Y no hablemos si nos han invitado un evento importante como es una boda, donde después de haber pasado tanto tiempo arreglándonos y lo que nos hemos podido gastar en peluquería, barbería o trajes lo que queremos es salir ideales en las fotos para poder presumir al enseñarlas porque, reconozcámoslo, en el fondo nos gusta el postureo.
Lo principal antes de ponernos delante de una cámara es conocer nuestros puntos fuertes para potenciarlos y los débiles para procurar esconderlos, pero siempre viene bien tener en cuenta ciertas pautas que quizá debamos practicar delante del espejo y que nos ayudarán a salir mejor en las fotos y a gustarnos mucho más:
- Ante todo, naturalidad, porque lo primero que se refleja es la tensión de tu cara cuando intentas poner una expresión que no es la tuya.
- Sonríe un poco, pero sin llegar a la falsedad. El conocido como teenging consiste en sonreír enseñando la fila superior de dientes, pero como no somos Beyoncé que es toda una experta, prueba a apoyar la lengua en la parte delantera del paladar… ¡sin que se vea!
- Procura no contener la respiración cuando vayan a hacerte una foto, porque se nota a leguas. Para relajarte prueba a levantar un poco el cuello y colocar los hombros hacia atrás dejando la espalda recta, pero sin parecer que estás en formación militar.
- Para disimular la papada lo primero y más importante es evitar a toda costa las fotos hechas desde abajo, pues la perspectiva no favorece en absoluto al obligarnos a agachar la cabeza para mirar a la cámara. Levanta la barbilla un poco hacia arriba y hacia fuera, y te ayudará a alargar el cuello y a verte mucho mejor.
- Mira a la cámara fijamente, y si te centras en un punto justo encima del objetivo tu mirada será aún más natural.
- Practica lo que se conoce como squinch, que se traduce en entrecerrar un poco los ojos para transmitir seguridad, pero con cuidado de no pasarnos o parecerá que no vemos bien.
- Encontrar la pose perfecta requiere algo de práctica, pero una vez que la domines te saldrá de forma espontánea. Gira el cuerpo un poco para no estar de frente a la cámara que ensancha más. Separa un solo brazo y apóyate sobre una pierna para romper la rectitud, aunque si se te hace muy forzado, al menos separa un poco los brazos del cuerpo para evitar el “efecto bloque”. Un recurso muy bueno suele ser usar el bolso o meter las manos en los bolsillos, y así evitas el no saber qué hacer con ellas.
- Si estás de pie y llevas vestido o falda por la rodilla, puedes cruzar uno delante del otro para estilizar tus piernas, y si posas sentada te recomiendo que cruces las piernas a la altura de las pantorrillas, mejor que a la rodilla, pues se verá menos el muslo y la pierna se verá más esbelta.
- Si hablamos de selfie todos los expertos coinciden en que salen mucho mejor en espacios interiores y con la luz enfocando a la cara para evitar sombras molestas.
Pero lo mejor y lo que nunca falla para salir bien en una foto es la alegría. ¡Ríete! Estás conservando en una sola imagen un momento feliz, te han invitado a una boda donde se celebra el amor de dos personas que quieren compartirlo contigo. No hay mejor motivo para posar a tu estilo, y podrás enseñar tus fotos a todo el mundo.
Mac&Bell, bodas a tu estilo