Pedro Almodóvar es sin duda un referente del séptimo arte, ya no sólo a nivel nacional, sino internacional.
El oscarizado manchego despierta filias y fobias allá por donde va. Injustamente, muchas veces han pesado más sus opiniones personales que la calidad de su obra. Y es que el director, no tiene pelos en la lengua a la hora de manifestar sus opiniones políticas, personales o en referirse a determinados asuntos de la actualidad.
Seamos sinceros, con 65 años y su dilatada trayectoria, Almodóvar está en su derecho de decir lo que le dé la gana, o al menos, que le importe más bien poco lo que opinen de sus opiniones. La genialidad es fruto de una experiencia, un estilo y un universo propio que ha hecho de Almodóvar un referente diferenciador y en definitiva un símbolo de la marca España.
Reconozco que “me enamoré” de Almodóvar hace muchos años. La primera película que recuerdo del manchego, fue la que precisamente, le dio du primera nominación al Óscar. “Mujeres al Borde de Un Ataque de Nervios” contiene todos los ingredientes de ese universo propio que haría que reconocieses su marca con sólo ver una escena.
En este largometraje, el director dejaba atrás sus inicios y comenzaba a hacer gala, precisamente de esas señas de identidad que han hecho de su filmografía un referente internacional. El color, el universo femenino, el tempo, los personajes y la incoherencia que finalmente tiene un sentido.
Soberbia la interpretación de la que fuera su musa durante muchos años, Carmen Maura, que nos trasmite la inseguridad de Pepa tras su ruptura con Iván. A su Goya como mejor actriz principal se unió el de María Barranco como actriz de reparto, en un premio al que por primera vez optaban dos personas de una misma película, ya que Julieta Serrano también fue nominada.
El salto internacional se dio con su nominación al Oscar como Mejor Película de Habla no Inglesa. Un premio que finalmente no se llevó. Pese a todo el largometraje fue el más taquillero durante esos años en España.
Con “Átame” Almodóvar obtuvo otro record, en este caso, no tan bueno. La película fue en 1990, el largometraje más nominado en la historia de los Premios Goya, con quince candidaturas, aunque finalmente no se llevó ni un solo premio. Este fue uno de los motivos que llevó al distanciamiento del director con la academia, cuya reconciliación se produciría años después.
Antonio Banderas y Victoria Abril nos introducen, a través de sus personajes, en una historia en la que Almodóvar lleva hasta el límite la obsesión de un joven. Historia con tintes dramáticos en la que la complicidad de los actores es fundamental.
“Tacones Lejanos” ahondó en el éxito internacional del manchego. Este drama familiar, en el que no olvidaremos a Miguel Bosé travestido comiéndole literalmente los bajos a Victoria Abril, le valió una nominación a los Globos de Oro, y el Premio César a la Mejor Película Extranjera.
“Kika”, “La Flor de Mi Secreto”, y “Carne Trémula” sirvieron como continuación del experimento almodovariano, que ya no lo era tanto, sino que se convirtió en sinónimo de innovación, de transgresión, pero sobre todo de éxito. Pero sin duda “lo mejor estaba por llegar”.
“Todo Sobre Mi Madre”, fue el culmen a esos años de experimentación. En la película encontramos al Almodóvar más desgarrador, el que nos muestra el dolor, la injusticia, el que nos enseña los diferentes prismas de cómo encarar la vida, en definitiva, al director más humano.
El primer Premio Óscar para Almodóvar llegó con este relato, pero sin duda, lo más importante, con él, el reconocimiento mundial a su obra. Cannes, César, Donatello, Globo de Oro… Ya no eran galardones, sino la valoración de una trayectoria que ha hecho de este genio del cine, un artista único, incomparable e inconfundible.
El listón quedó muy alto, pero pese a la posible decepción, el manchego volvió en 2002 con “Hable con Ella”. Parecía difícil superarse pero esta película, que habla del amor, la enfermedad y sobre todo de la soledad, se llevó más de 30 premios internacionales, entre ellos el Oscar al Mejor Guion Original. Una vez más, Almodóvar no fue tan profeta en su tierra ya que la academia tan sólo le premió con un Goya.
La temática homosexual ha estado muy presente en la filmografía de Almodóvar. Buena prueba de ello es “La Mala Educación”. Gael García Bernal fue la figura internacional en un reparto en el que destaca, sin duda, la figura de un genial Javier Cámara que ya había demostrado sus dotes en “Hable con Ella”.
Sin duda se podría enmarcar este título dentro del cine de autor. Pero es que Almodóvar es “EL AUTOR” por excelencia. La película vuelve a la etapa oscura que representaban “La Ley del Deseo” o “Matador”, pero con una fotografía muy cuidada, una estética impecable y un guion en el que la crítica social está más que acreditada. A ello se suman los problemas de los “bajos fondos” que nadie como Almodóvar sabe retratar.
Pero no contento con eso, el manchego nos regaló en 2006 “Volver”. El universo femenino está perfectamente retratado con un casting impecable en que Penélope Cruz brilla en “un papel hecho para ella”. La vuelta de Carmen Maura nos confirma que es una de las mejores actrices que tenemos, aunque eso, ya lo sabíamos…
Los premios nacionales e internacionales no hacen sino acreditar una obra perfectamente cuidada en los detalles; en la que la música y el ambiente nos trasladan a “la Mancha”, una tierra árida, en la que sus gentes marcan su propio ritmo y sobre todo a una trama que nos introduce, una vez más en el “Universo Almodovariano”.
Sí que nos encontramos ante una película muy personal, que relata el dolor, la soledad, el drama y que sin duda transmite todo aquello que pretende. Se trata de un antes y un después en la carrera de Penélope Cruz, quien optó por primera vez a la “ansiada estatuilla de Hollywood”, que finalmente le arrebató la Reina, Helen Mirren.
La senda intimista siguió con “Los Abrazos Rotos”, donde no sólo repitió Penélope Cruz, sino que Blanca Portillo demostró, una vez más, que es una camaleona que puede adaptarse a cualquier tipo de papel o de situación. La fatalidad, los celos y la traición están presentes en un metraje lento que volvió a tener el reconocimiento de la crítica.
Con “La Piel Que Habito”, Almodóvar nos traslada a un universo de suspense. Un Banderas maduro y una soberbia Elena Anaya nos introducen en un mundo de sexo, amor, odio, venganza y traición. El cambio de sexo de hombre a mujer, a través de un secuestro, marcan argumento de una trama en la que la aceptación será fundamental. Si bien la película no funcionó muy bien en España, sí lo hizo fuera donde recaudó más de 20 millones de euros. Cuatro Goyas y el BAFTA como Mejor Película de Habla no Inglesa hicieron de nuevo a Almodóvar, “brillar fuera de su propio universo”.
Su último título, “Los Amantes Pasajeros” es simplemente un capricho del artista. Se trata de una película frívola, con crítica social en forma de humor, y de la que los “supuestos expertos” llegaron a decir que era “su peor trabajo”, pero que también “era algo que necesitaba hacer”. Almodóvar aseguró que se trata de su película “más gay”. El largometraje será recordado por la escena en la que los azafat@s nos deleitan con una interpretación muy particular del tema “I´m so excited”.
Son los genios, como Almodóvar, los que sin duda pueden permitirse, de vez en cuando, licencias de este tipo. Los genios tienen esa capacidad de ser amados y odiados, alabados y criticados, pero como recordad que: “Un genio no se equivoca, ya que sus errores son los umbrales del descubrimiento”. Yo sin duda, estoy a la espera de la siguiente genialidad del manchego. “Silencio” es el título, y demasiado larga su espera.
@crisda9delgado