Siempre he sido hetero. Tengo hijos. ¿Cómo sé si me gustan las mujeres?

Pregunta: Siempre he sido heterosexual, tuve pareja masculina por muchos años, tengo hijos. Pero últimamente me siento diferente con las chicas, siento algún tipo de atracción. ¿Cómo sé si me gustan las mujeres?

La sexualidad femenina tiene aún, incluso en nuestra sociedad, un componente de invisibilidad. Aunque parece que las cosas hayan cambiado mucho con respecto a otras generaciones, que somos más libres, que muchas veces llevamos la voz cantante, etcétera, sigue habiendo muchos silencios sobre cómo tiene orgasmos una mujer, sobre el sexo oral a una mujer, sobre el sexo entre mujeres cuando no es para pornografía masculina, sobre el erotismo femenino, etcétera. Como somos seres sociales, es decir, que configuran su personalidad en sociedad, este hecho nos influye mucho a la hora de definir nuestra sexualidad.

El resultado de este tabú es que muchas mujeres descubran su homosexualidad o bisexualidad a los 40, 50 o 60. Que muchas se hayan pasado la vida enamorándose o sintiéndose atraídas por compañeras de clase, trabajo, etcétera, confundiendo el deseo o el amor, por la amistad o el afecto, sin percatarse de su orientación sexual.

Si tienes dudas, te recomiendo que observes las diferentes posibilidades de lo que te pasa. Meredith Chivers demostró en un estudio de la Universidad de Toronto (2007) que muchas mujeres no lesbianas podían experimentar excitación sexual ante otras mujeres. Es decir, verse atraídas por mujeres aun sin desear llevar a cabo sus fantasías o deseos en la realidad, considerándose totalmente heterosexuales.

Comparing fruitsChivers concluyó no que eran lesbianas en el armario ni mucho menos, sino que las mujeres se excitaban con mayor frecuencia en función del contenido erótico que estaban viendo o viviendo, independientemente del género de los participantes, mientras que los hombres se excitaban en función del género. En definitiva, la sexualidad femenina es menos concreta que la masculina, más amplia, en decir, mas abierta a vivir atracción por hombres y mujeres, así que tal vez eres heterosexual pero eres de ese alto porcentaje de mujeres heterosexuales que sienten atracción sexual por otras mujeres.

También existe la posibilidad de que seas bisexual, si te sientes atraída sexualmente por ambos sexos, pero además sientes pulsiones emocionales por ellos. En tal caso tu atracción por hombres y mujeres no sólo es sexual, sino susceptible de enamorarte y vivir una relación con ambos sexos indistintamente.

O quizá puede que seas lesbiana. En ese caso, aunque sientas atracción sexual por hombres, no eres susceptible de enamorarte de ellos, y tu fuero interno busca una compañera sexual y vital. Es decir, tu objeto de deseo (entiéndase el deseo más allá de la mera excitación sexual) es una mujer.

NO SE PA QUÉ

A todas estas opciones encontrarás respuesta experimentándolo. Te recomiendo que conozcas chicas homosexuales y bisexuales, inicies amistades de otras orientaciones y te dejes sentir. No busques experimentar lo antes posible con una mujer. Aunque te atraigan las mujeres, eso no significa que te atraiga cualquier mujer, e igual pasa un tiempo hasta que realmente aparezca alguien que te mueva el cuerpo, el alma o las dos. Si no tienes en tu grupo social ninguna amiga o conocida, hay muchas formas de conocer gente del ambiente. Tienes internet, donde puedes conocer gente a través de chats especializados, o perfiles. También existen muchas páginas donde se conciertan encuentros de mujeres por aficiones o edades. Si te resulta demasiado directo el ciberespacio, puedes pedirle a un amigo o amiga que te acompañe algún día a salir por el ambiente o salir sola. En un inicio te sentirás como un pulpo en un garaje. Cuando experimentes el rechazo, algo muy posible, observa si se trata de tus miedos tratando de protegerte de la experiencia. Pero si te dejas estar, sin juzgar, empezarás a obtener respuestas. La experiencia y la autoobservación sin juicio te las darán. Tus hijos, llegado el caso de que tengas que decirles algo, están más preparados que los adultos, como esponjas del mundo que aún son, a entender tu nueva orientación sexual.

Rocío Carballo. Psicoterapeuta.

www.rociocarballo.com

 

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