Inesperado y romántico. Y, sobre todo, muy especial, porque se trata de una pedida de mano gay en un terreno que ha tardado mucho en dar espacio a la visibilidad homosexual: el mundo del deporte, en este caso, el mundo del baloncesto profesional, la NBA.
En la mitad del partido, justo en el entretiempo, la mascota de los Chicago Bulls, Bennie the Bull, comenzó a hacer de las suyas, y eligió como siempre a alguien del público. Pero Jake, el elegido, jamás imaginó que ésto tenía algo que ver con su novio Michael.
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