Lo de este hombre no tiene nombre. Éxito tras éxito en televisión (es Raul de la Riva en la serie Velvet), en cine (arrasó con La Novia y acaba de rodar La puerta abierta), teatro (Exitazo fue Cabaret e imprescindible El Intérprete, ahora mismo en cartelera), y encima un amor que va viento en popa desde hace más de 10 años. Si parecía poco, el actor está en camino de grabar un disco, (los que le hemos visto cantar en directo podemos decir que debería no hacer uno, sino diez).
Como el propio actor ha dicho mil veces, nunca ha tenido que salir de ningún armario porque nunca ha estado dentro. Respecto a si temía que su orientación sexual influyese en que algún director no le diese un papel el actor ha respondido entre risas «si alguien no me da trabajo por eso, él se lo pierde. Además, si no me das trabajo, ya me lo monto yo por mi cuenta«. Y lo cierto es que este talentoso showman, aun sabiendo que no le va a faltar nunca trabajo actuando con tal maestría, ha creado su propia productora junto a su marido, José Luis Huertas, llamada Factoría Madre Constriktor, responsable de que El Interprete viera la luz o de las fiestas que la firma esta poniendo en marcha la noche de los miércoles en la capital. No es secreto su amor con José Luis, también actor, como podemos ver en la siguiente imagen donde se dan un apasionado beso en la recogida de un premio, pero lo cierto es que el bilbaíno siempre va a los eventos sociales de la mano de otras actrices o actores, como su gran amigo Hugo Silva, por lo que no tenemos acceso a muchas más imágenes de la pareja.
Pocos conocen sus inicios. Tras formarse en la interpretación en una escuela vizcaína de la que no guarda buen recuerdo, se vino a Madrid a cumplir su sueño, muy a lo Madonna, a la que siempre afirma quererse parecer. En Madrid tuvo que trabajar de dependiente en un sex shop e incluso fue de concursante al programa Uno para todas, hasta que Globomedia se fijó en él para Un paso adelante y ya nunca más dejo de trabajar en cine, teatro y televisión.
Un actor que nos enamora y nos admira a partes iguales. ¡Sigue triunfando Asier!