Luke y Adam Monastero son mellizos y saben que son gays desde los 4 años. Primero se lo confesaron el uno al otro, pero no ha sido hasta cumplir los 21 cuando se han decidido a contárselo a sus padres. ¿Cómo? Pues conjuntamente y grabándolo con una cámara oculta mientras la familia está reunida en la cocina de su casa en Estados Unidos.
Lo mejor es la naturalidad con la que se lo toman sus progenitores, en especial la madre, con ese espontáneo «creía que tú eras gay, Luke, pero ¿los dos?». Para el padre, en cambio, parece que nada es tan importante como para interrumpir su ingesta de pollo. Y, efectivamente, no lo es. «Tenéis el resto de vuestras vidas para ser vosotros mismos», les dice a sus hijos. Celebramos que la familia Monastero se tome la salida del armario de sus hijos con total normalidad.
Fuente: Shangay