Adopción homosexual. La historia de una pareja gay

2 años son los que llevan Isaac y Hugo desde que iniciaron el proceso de adopción en Toledo. Papeles, cursos y miedo. “Al principio, sí tienes miedo de que no te den la idoneidad porque eres gay. Luego ves, que éste no es un problema y que no hay diferencia con otras parejas”, cuenta Hugo. Ellos son la única pareja gay en proceso de adopción en la provincia. Desde que se conocieron tenían claro que querían tener una familia y para ellos la opción era la adopción. “Habiendo niños en centros de acogida, para que recurrir a otras opciones como la gestación subrogada”.

Pensábamos que la adopción internacional podía ser más fácil, pero ningún país permite la adopción entre personas del mismo sexo. Por eso Isaac lo intentó de manera individual. “Pero a mí el nosotros me sale sólo. Era evidente que éramos dos. Y esa puerta se nos cerró”.

Empezamos el trámite de adopción dentro de Castilla La Mancha. Y éramos muy conscientes de que se necesitaba mucho tiempo, mucha paciencia y mucha disponibilidad.

De 0 a 5 años es el margen de edad que Isaac y Hugo se plantean para el niño o la niña que adopten. No descartan que sean hermanos. Y tampoco hay problema con su raza. Contemplan que tengan necesidades especiales, ya que son muy pocas las familias dispuestas a asumir una responsabilidad así. Para ellos el pequeño o la pequeña debe poder tener una vida independiente. “Primero, porque llega a un pueblo, segundo porque va a tener dos padres. Donde vivimos no hay familias como la nuestra. Así que será un peque muy mirado”, cuenta Hugo. Cualquier proceso de adopción puede prolongarse durante seis años, mientras que si los pequeños cuentan con necesidades especiales puede solucionarse en dos. El proceso de Isaac y Hugo está siendo más rápido.

10 días para casarse es el tiempo que les dio una funcionaria que les llamó un año después de haber presentado la solicitud. “La presentamos en julio de 2012, y nos recomendaron registrarnos como pareja de hecho. En dos días estábamos registrados”, relata Isaac. En julio de 2013 les llaman para decirles que en 10 días tienen que casarse, si no quieren perder la antigüedad en la lista de espera para la adopción. Según palabras de la funcionaria, “total, se espera tanto, que un año más os va a dar igual”. Pero, ¿quién puede casarse en 10 días? La solución fue ganar tiempo, no perdieron el año de espera, y seis meses después estaban casados como manda la ley castellana.

Lo peor de todo el proceso es que muchas veces dependerá de quién tienes enfrente para que el tema avance o se estanque. La información no siempre llega adecuadamente a las parejas que solicitan información no se sabe si porque no hay criterios claros o por la desidia de la persona que tienes enfrente.

La tortura es que te den la idoneidad, pasar por una batería de preguntas de todo tipo. Muchas de ellas sobre desde cuando sabían que eran gays, si se escondían, sobre cómo era la relación con la familia, …. Un mes de espera en el que los nervios matan, las dudas sobre si tendrás la idoneidad o no se multiplican por infinito y las propias inseguridades se agudizan.

2, 1, 0. “Durante el curso de preparación empezamos a tener entrevistas y nos plantearon diferentes supuestos. Nos hablaban continuamente de dos hermanos. Nos metieron mucha prisa con el papeleo. Todo tenía que estar preparado. La habitación montada de arriba abajo, incluso preparamos dos, porque no dejaban de hablarnos de dos hermanos. Pueden incluso abrir los armarios para valorar si tienes ropa preparada o no, aunque desconozcas quién va a llegar, ni su edad. Desde agosto lo teníamos todo listo para la llegada. Pero los dos hermanos pasaron a ser ‘un solo niño’. Después el silencio. No había niños. Vuelta a esperar”

Detalle de la habitación del peque
Pared de la habitación del peque

Un dormitorio cerrado y la desesperación es lo que queda. Isaac hace meses que no pasa a esa habitación vacía.

Cuántas adopciones, cuántos niños, cuántos años esperando, cuántos miedos, cuántos nervios, cuántas esperanzas. Preguntas sin respuestas y cifras que van más rápido de lo que corre el tiempo en un proceso de adopción.De los sentimientos no se habla. Y del tiempo de espera de los pequeños en centros de acogida de menores, menos todavía. Y ésta, sin duda, debería ser la cifra que más nos preocupara. La cifra y sus efectos en los menores.

Fuente:  Carmen López.
20 minutos

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