¿Podemos inscribir a nuestro bebé en nombre de las dos en el registro civil si nos hacemos una inseminación en casa?

Cuando Carmen le planteó a Susana tener un bebé juntas a través de una inseminación casera, Carmen se negó.

“Me parecía demasiado poco formal, por así decirlo, o más bien demasiado fácil. En ese momento no tenía conocimientos al respecto. Susana me mostró la web de Cryos, un banco de semen donde podíamos ver fotos de los donantes cuando eran pequeños, todos muy guapos, ver a qué se dedicaban en la actualidad, comprar el semen en un click y recibirlo en casa en 24 o 48 horas. No sé, si era tan fácil ¿por qué entonces la gente iba a embarazarse a clínicas de fertilidad?”, cuenta Carmen.

“Yo le explicaba”, nos dice Susana, “que hay gente para todo. Hay chicas que prefieren inseminarse en clínicas y recibir las hormonas para aumentar las posibilidades de embarazo, y gente que prefiere hacer intentos en su casa, como yo. Sin hormonas, más natural, compartiendo la experiencia con mi pareja en nuestra intimidad, y eligiendo al donante, sabiendo algo de él”.

Una vez que Carmen se convenció de probar una inseminación en casa antes de visitar una clínica, vino el siguiente problema. “Una amiga me dijo que a lo mejor tendríamos problemas para inscribir al bebé en nombre de las dos, porque en las clínicas de fertilidad te entregan un papel para presentar en el Registro Civil en el que se certifica que el bebé es de las dos. Así que ahí comenzamos las averiguaciones.

En caso de una inseminación hecha en casa tenías dos posibilidades. Al encargar el semen en un banco, como Cryos, ellos te entregaban un papel en nombre de las dos madres  confirmando el registro del embarazo con semen de donante y certificando que el semen viene de un centro autorizado. Por lo que las parejas de lesbianas no teníamos ningún problema a la hora de inscribir a nuestro bebé”, cuenta Carmen.

“El problema estaba en los bebés nacidos de donantes de semen particular, como aquellos que se anuncian por internet”, explica Susana. Muchas parejas de chicas que se embarazaban de esta manera encontraban problemas en el Registro Civil porque no había ni papel de banco de semen ni de clínica, así que eso nos hacía más fácil la elección, no solo por evitarnos problemas, sino que también porque en un banco de semen el donante pasa por muchas pruebas, físicas y psicológicas, y un tío que se ofrece en internet, pues no sabes realmente nada de él, sólo lo que te cuenta”.

El problema en la inscripción que nos explican Susana y Carmen fue justo lo que le sucedió hace unos meses a Brenda y María José. Ambas, madres de mellizos, decidieron agrandar la familia y tener un tercer bebé. Recurrieron a una persona que donaba su semen de forma particular y se embarazaron a través de una inseminación casera. Así nació el pequeño Lennon.

Al no tener un papel de una clínica de fertilidad ni de un banco de semen, el Registro Civil de Denia se negó a inscribir al pequeño en el libro de familia y, en lugar de figurar con sus dos madres y dos hermanos, Lennon estaba solo en otro libro con su madre biológica.

Brenda y María José dieron la pelea. Iniciaron una campaña que recibió el apoyo de más de 100 mil personas. No solo lograron cambiar su propia realidad, puesto que Lennon fue inscrito en el libro de familia, sino que además cambiaron la realidad de todas las mujeres lesbianas en España.

La resolución de la Dirección General de los Registros y del Notario asegura que ahora todas las parejas de mujeres casadas pueden inscribir a sus hijos con doble filiación materna sin necesitar ningún documento por parte de un centro autorizado.  Ya no os pueden pedir ningún papel.

Gracias a la lucha de Brenda y María José, ahora las parejas de lesbianas casadas pueden inscribir a sus hijos de manera mucho más fácil, sobre todo a los nacidos gracias a una inseminación casera, ya sea a través de un donante de semen de un banco o de una persona particular.

Un gran avance en nuestros derechos, aunque aún falta por conseguir que las parejas de lesbianas no casadas puedan inscribir también a sus bebés como hijos de las dos, si deciden usar semen de una persona particular. “Fue lo que faltaba para convencer a Carmen”, cuenta Susana, “así que este verano, que estaremos más relajadas, comenzaremos a intentar embarazarnos a través de una inseminación en casa. Pero nosotras preferimos asegurarnos con los antecedentes de salud del donante y calidad del semen, por eso hemos optado por Cryos, ya tenemos reservado a nuestro donante. Ya os contaremos como nos va”.

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