En la mañana del 20 de febrero de 2023, Grace Njeri, una madre de tres hijos, de 48 años, fue obligada a abandonar su hogar matrimonial después de que su hijo de 18 años se declarara públicamente gay.
“Mi hijo se declaró gay a través de un video de Instagram que se volvió viral”, dijo Njeri a la web LGBTQ Nation desde una casa segura en la capital de Kenia, Nairobi . “Mi esposo y su familia lo rechazaron y repudiaron y lo que siguió fue que me obligaron a cargar con la culpa”.
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Njeri dijo que fue acusada de ser la causa de la sexualidad de su hijo. A ambos se les pidió que abandonaran la casa familiar. “Perdí una familia y un hogar que había construido y en el que había invertido durante 18 años y el dolor es muy grande para mí”, dijo, con lágrimas rodando por sus mejillas.
Rechazados y abandonados sin dinero, sin trabajo y sin ningún lugar a donde ir, Njeri y su hijo se encontraron en una casa segura que ha estado ofreciendo refugio y apoyo a cientos de personas LGTB.
A medida que continúa el debate en Kenia sobre los derechos de nuestra comunidad, con un sector que quiere ilegalizar la homosexualidad, existe un grupo lleva la carga en silencio, pagando el precio simplemente por ser sus madres.
En la casa de seguridad secreta en las afueras de Nairobi, docenas de madres y sus hijos LGTB han encontrado consuelo y seguridad después de haber sido expulsados de sus hogares y perseguidos por una sociedad que es en gran parte conservadora y homófoba.
Jesse Kibera, el fundador de la casa segura, le dijo a LGBTQ Nation que desde principios de marzo de 2023 han alojado al menos a 50 mujeres y 120 personas LGTB expulsadas de sus hogares, lugares de trabajo y escuelas, o estaban huyendo de ataques y amenazas. Kibera agregó que la mayoría de las madres alojadas no tenían idea de que sus hijos eran homosexuales hasta que salieron del armario.
Grace Adhiambo, de 50 años, dice que fue excomulgada de su iglesia local días después de que su hija de 23 años, que es creadora de contenido, se declarara lesbiana públicamente. Dice que la iglesia le dijo que sería una abominación seguir teniéndola como miembro.
Adhiambo, ex miembro del coro, dice que las cosas empeoraron después de que su esposo las echó a ella y a su hija de su casa. “No teníamos adónde ir y un amigo de mi hija nos conectó con esta casa segura que ahora se ha convertido en nuestro hogar”, dijo Adhiambo.
“Mi esposo me dijo que fuera a buscar una solución a la sexualidad de mi hija, que él describió como una enfermedad, y dejó de pagarle la universidad”.
Según Kibera, la mayoría de las madres en la casa de seguridad sufren un trauma. “La mayoría de ellos aún no han salido del shock que supone ser rechazadas y trolleadas por personas cercanas a ellos. Hemos desplegado suficientes consejeros para ayudar a las mujeres a superar el proceso”.
Ann Wamukoya fue despedida de su lugar de trabajo después de que su jefe descubriera que su hijo era gay.
“Estaba empleada en un restaurante y mi hijo visitaba ocasionalmente mi lugar de trabajo. Se hizo amigo del hijo de mi jefe, pero cuando mi jefe se enteró de su sexualidad a través de las redes sociales, me despidió al día siguiente”.
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Las cosas empeoraron para Wamukoya cuando su esposo se volvió contra ella y le pidió que llevara a su hijo «con su verdadero padre» o que se fuera de la casa.
“Mi propio esposo repudió a nuestro hijo en su presencia y me pidió que eligiera entre llevarlo con su padre o dejar la casa para siempre. Como no sabía de ningún otro padre para mi hijo, opté por irme por mi propia paz y la de mi hijo”.
La casa de seguridad está trabajando con grupos de derechos LGTB para ayudar a algunas de las madres a obtener acceso a asistencia legal en la búsqueda de sus derechos maritales.
“No podemos mantenerlos aquí por mucho tiempo debido a los recursos limitados”, dijo Kibera. “Después de un tiempo, los liberaremos y les ofreceremos ayuda para establecer pequeñas empresas que puedan sostenerlos”.