De Fobos y Deimos, es el primer videojuego que aborda la problemática del bullying LGTBfóbico, y que ha sido desarrollado por Alex Rodríguez, un psicólogo, educador y orientador español y miembro de Gaymer.es, la principal comunidad LGTB de jugadores de habla hispana.
De Fobos y Deimos nos pone en la piel de Jokin, un joven estudiante que es admitido en una institución educativa, bautizada como la Academia de Defensores. En este centro, los alumnos se forman para proteger al mundo de las injusticias que asolan el día a día de muchas personas.
Jokin es víctima de LGTBfobia por lo que se verá obligado a aprender ciertas características y valores sobre sí mismo y sobre los demás, atravesando diferentes experiencias. Gracias a ello, Jokin descubrirá la importancia de ser un defensor de esta Academia de Defensores.
Los jugadores podrán descubrir así algunos de los problemas a los que, por desgracia, se enfrentan día a día miles de personas del colectivo LGTB.
Jokin no es el único protagonista de esta historia, sino que el juego se completa con la presencia de 7 personajes más. Cada uno de ellos, tendrá una personalidad definida, así como algunas habilidades que se podrán utilizar en el transcurso de la historia.
Por el momento, el juego no está disponible en su versión final, pero a través de su página web podemos descargar su demo para experimentar algunas de sus características.
De Fobos y Deimos es mucho más que un videojuego ya que, aunque la finalidad de los juegos es el entretenimiento, con este videojuego se consigue educar en dos grandes problemas sociales: la homofobia y la diversifobia, y aunque numerosos colectivos trabajan para erradicar esta problemática de una vez por todas, así como para fomentar la inclusión, la diversidad y un mundo sin ningún tipo de discriminación, aún queda mucho camino por recorrer.
Ojalá este tipo de proyectos encontrase más promoción y difusión ya que logran que los jugadores empaticen y profundicen en la problemática de bullying hacia el colectivo LGTB al tratarse de una herramienta interactiva y educativa. Y, como bien dice su autor, “un videojuego con la capacidad de generar empatía puede conseguir que el comportamiento de una persona cambie.”