Alianzas gay-hetero, una forma de combatir la homofobia en las aulas

Cuando Bob Parlin entró, unos minutos tarde, en la reunión de profesores, no se podía creer lo que oía. Se estaba tratando cómo hablar a los alumnos del tema de la homofobia en el Newton South High School de Massachusetts, pero los profesores estaban de acuerdo en que no hacía falta tratar ese tema allí. Corría el año 1991 y nunca habían sabido de ningún alumno gay. Parlin no había salido del armario para la mayoría de la gente, pero no podía callarse y acabó emocionando a sus compañeros con el relato de su propia adolescencia. El ahora profesor de Historia había ocultado sistemáticamente su homosexualidad a su paso por el instituto, incluso había salido con chicas, muerto de miedo ante las consecuencias que podía tener vivir su sexualidad de manera abierta, sintiéndose mal por lo que era. Incluso intentó suicidarse en su primer año de universidad. No se trataba de que no hubiera alumnos gays, se trataba de que no se atrevían a vivir abiertamente su sexualidad. Tener un profesor gay como modelo habría ayudado mucho, según narró el profesor en Edutopia.


Bob Parlin

De este modo, Parlin inició un debate en la escuela pública, impulsando la creación de alianzas gay-hetero (GSA) por todo el país: 38 de los 52 estados ya cuentan con grupos de este estilo. Miles de centros en todo Estados Unidos y en países como Inglaterra, Canadá o Nueva Zelanda, han puesto en marcha el sistema. Se trata de reuniones de estudiantes que luchan juntos por la igualdad en las aulas, y que están abiertos a toda la comunidad educativa, sin importar su orientación sexual. Se trata de proveer a los estudiantes LGBT y a los que tienen inseguridades sobre su orientación sexual de un espacio donde pueden hablar abiertamente, y de crear un punto para generar apoyos entre el resto del alumnado.

Las Alianzas sirven como grupo de apoyo para adolescentes que se sienten solos o rechazados, pero también organizan actividades educativas en los centros. En California más de la mitad de los institutos cuentan con un grupo de este estilo y su influencia es cada vez mayor en todo el país. Se han convertido en una de las mejores herramientas educativas. El de Newton cuenta hoy con un nutrido grupo de participantes, también muchos heteros. “Para los adolescentes, la justicia es crítica, y quieren sentir que están marcando diferencias”, considera Parlin.


GSA Network

La idea la tomó el profesor de un grupo similar que había creado uno de sus compañeros de facultad y amigo, Kevin Jennings. Este profesor estaba en un centro privado, el Concord Academy, también en Massachusetts y en 1988 había organizado un grupo similar. Pero fue Parlin el que consiguió que el asunto llegara a todo el estado. Gracias a su influencia, en 1992 el gobernador William Weld estableció una comisión para jóvenes gays y lesbianas y convirtió en obligatorias las alianzas gay-hetero en los centros públicos de Massachusetts. El modelo funcionaba y pronto comenzó a exportarse a otros estados. Jennings fundó la Red Educativa Gay Lesbiana y Hetero (GLSEN) que ayuda a estos grupos en todo el país. También se ha fundado la Red GSA (GSA Network) para reunir las alianzas en todo el país y compartir experiencias.

El siguiente punto culminante llegó en 1999. Un instituto de Utah se había negado a permitir que se creara un GSA en las instalaciones del centro. Pero una sentencia de un tribunal federal estableció definitivamente que ningún centro que recibiera fondos públicos, aunque fuera de naturaleza religiosa, podía negarse a la creación de un grupo de este estilo. Fue un espaldarazo definitivo. Los grupos de estudiantes que se reúnen de manera extracurricular en Estados Unidos son una institución y desde ese momento los GSA tenían la misma consideración legal que cualquier otro.

Para Parlin, la diferencia está en el modo de educar. Este profesor siempre recomienda que ante un comportamiento homófobo se obligue al agresor a justificar las razones de su acción, a explicar por qué ha actuado así. De este modo el agresor tiene que acabar reconociendo que está haciendo daño. Y, como Parlin destaca, incluso los más conservadores y tradicionalistas se quedan sin argumentos cuando se trata de luchar contra la violencia y el abuso.

La web del GSA cuenta con consejos para crear Alianzas de este tipo en los centros educativos y recomiendan que el lugar de reunión esté en un sitio tranquilo, no muy transitado, para asegurar la privacidad. Y que nunca se le pregunte a ningún asistente a las reuniones por su orientación sexual. Se trata de crear un ambiente cómodo para todos los participantes.

Fuente: RAGAP España

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