2019, el año de la visibilización de los mayores LGTBI y recuperación de la memoria histórica

La Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales (FELGTB), ha proclamado el 2019 como el año de «Mayores Sin Armarios: ¡Historia, Lucha y Memoria!»

El coordinador del año temático 2019, Loren González, ha explicado que “para entender cómo la LGTBIfobia se ha instalado en nuestra sociedad, debemos atender a nuestra propia historia”. Por este motivo, y con el objetivo también de sensibilizar, informar y denunciar la situación y las necesidades actuales de las personas mayores LGTBI, que fueron perseguidas en su juventud y que, a día de hoy, siguen siendo discriminadas, se les dedica a ellos el año próximo.

Así, González anuncia que “comenzamos la andadura de un año temático que recordará a cada uno de nuestros mayores; a las víctimas del nazismo en los campos de concentración; a las mujeres trans racializadas que iniciaron nuestra lucha pública en un pub de Manhattan; a aquellos que nunca podrán ser mayores porque nos los arrebató el SIDA; a aquellos que tuvieron que renunciar a sus vidas, esconderse o migrar; a aquellos que no pudieron tener mujer o marido y formar una familia y a aquellos que tuvieron que traducir su deseos de paternidad cuidando a los hijos de los demás”.

Este anuncio lo hicieron el pasado 26 de diciembre, con motivo del 40 aniversario de la derogación de la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social.

Esta ley, que consideraba a los miembros del colectivo LGTBI “enfermos” y “delincuentes”, fue aprobada en 1970 por el régimen franquista para sustituir a la antigua Ley de Vagos y Maleantes que, desde 1933, pretendía controlar a todos los elementos que consideraba antisociales, entre ellos, los miembros de este colectivo.

Así, con motivo del aniversario de su derogación en 1978, la presidenta de la FELGTB, Uge Sangil, dio el pistoletazo de salida al nuevo año temático y recuerda que “no podemos olvidar que muchos de nuestros mayores se vieron obligados a vivir durante años metidos en el armario, o fueron invisibilizados, perseguidos y encarcelados por el simple hecho de ser”.

“Su dolor es nuestro dolor, porque como colectivo no podemos olvidar los delitos de odio que se comenten contra todos y cada uno de nosotros”, asegura y añade que “la memoria histórica debe servirnos para no cometer los mismos errores y continuar avanzando en la lucha por la igualdad plena de derechos”.

Porque, tal y como declara Sangil, “no estar considerado un delincuente y tener la igualdad de derechos garantizada no es lo mismo”.

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