Nos pareció una historia tan bonita y singular que por eso te la vamos a contar. Juan Luis Fernández Masip y Christian Ruiz Gómez son una pareja gay que ya lleva 9 años junta. Están casados y son padres de los pequeños Anxo y Atlas. Visibilizan a su preciosa familia en la cuenta de Instagram Dos papas in Oz.
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Están tan agradecidos por sus hijos y las mujeres que les ayudaron en el proceso que quieren devolver la mano al universo y ser ellos los que ayuden a parejas de mujeres a tener hijos donando su esperma.
No es algo nuevo para ellos, y aquí, en esta entrevista, nos lo van a contar:
– ¿Cómo y cuándo os conocisteis? Contadnos más de vuestra historia de amor.
Nos conocimos en una aplicación de teléfonos…y fue muy curioso porque yo (papa Chris) contacté inicialmente a papi Juan, pero parece ser que mi foto de perfil no le hizo mucha gracia y ni me contestó.
Días más tarde me cambié la foto de perfil y la nueva debería ser más de su agrado, ya que me contactó muy amablemente sin percatarse de que yo era el chico al que había ignorado anteriormente…de ahí pasamos a chatear unos días, hasta que una tarde de lunes del 2011, nos conocimos en persona. Por ambas partes fue puro y directo amor a primera vista. Apenas nos faltaron un puñado de días juntos para tener claro que habíamos dado con la persona con la que queríamos formar una familia y envejecer. Tras dos años juntos, a papi Juan le ofrecieron irse a trabajar a Australia, y tras unos meses separados, decidí seguirle a las antípodas donde hemos vivido los últimos 7 años.
– ¿Siempre supisteis qué queríais ser papás? Nos podéis contar más detalles de vuestros procesos de Gestación Subrogada?
Antes de conocernos siempre habíamos tenido claro que queríamos ser padres. De hecho para mí unas de las mayores dificultades que tuve para aceptar mi condición sexual fue hacerme a la idea de que convertirme en padre iba a ser muy difícil, si no imposible. Por su lado papi Juan estuvo contemplando adoptar antes de conocernos, pero tras recopilar información se vio desalentado por lo que podría ser un proceso tan largo como incierto.
Una vez aentados en Sídney, decidimos adentrarnos en la Gestación Subrogada y nos decantamos por México para nuestro tener a nuestro primer hijo porque era un país que protegía al bebé nacido y garantizaba que el proceso era transparente y ético ya que las gestantes pasaban un estricto estudio socioeconómico para asegurar que lo hacían por las razones adecuadas.
Tras tener a nuestro primer hijo Anxo nos adentramos en la comunidad de la GS en Australia, y nos maravilló su concepto ya que es altruista, sin agencias, y las gestantes están durante en todo momento al mando del proceso: ellas eligen a quien ayudar, y sólo ofrecen hacerlo después de tener largas conversaciones con los padres de intención para comprobar que ambas partes comparten ideas en temas tan críticos como los posibles escenarios en los que terminar el embarazo a temas más banales como tener fotógrafo en el parto.
En todo caso, ellas son las que toman la última decisión, ya que es su cuerpo, y los padres de intención respetamos y apoyamos eso en todo momento. Asesoramiento psicológico, legal y médico también se lleva a cabo para todas las partes antes de proceder con la transferencia del embrión.
– ¿Qué relación tenéis a día de hoy con las gestantes?
La misma que tenemos con nuestras hermanas. Son ya parte de nuestra familia para siempre y estamos en contacto de forma constante. Por ejemplo, hoy ha sido el cumpleaños de la gestante de Anxo, y hemos hecho un Skype con ella, que estaba de celebración en la piscina. La ayuda que nos dieron tanto las dos gestantes, Heidi y Cass, como las dos donantes de óvulos, Amber y Stacey, nos ha cambiado la vida y no podemos estar más agradecidos de poder contar con ellas en nuestras vidas. Contamos con el privilegio de que sean las titas especiales de nuestros hijos, y ellas están súper orgullosas de ver a sus sobrinos crecer sanos y felices.
– ¿Qué dificultad estáis encontrando a día de hoy en España con vuestro modelo de familia?
Hay un grupo de españoles que tienden a generalizar y meter en el mismo saco a toda la GS, lo cual es muy frustraste e injusto. Nosotros, aunque no conocemos ningún caso explícito y actual de explotación, no negamos la posibilidad de que exista. De ser así, lo condenamos y esperamos que sea erradicado. Nos parece inconcebible que se pueda crear algo tan bonito como una familia a partir de la desdicha de nadie.
Pero estamos convencidos de que esos lamentables casos son la minoría, lo que pasa es algo que escandaliza, hace ruido, y la mayoría de la población generaliza y se queda con la idea de que la GS es eso. Y nada más lejos de la realidad. La mayoría de la GS son casos como el nuestro, donde nuestras gestantes tienen sus trabajos, sus familias, sus casas, sus ingresos y simplemente quieren ayudar al prójimo. Cuando les hablamos a nuestras amigas gestantes australianas de la que hay montada en España con este tema ponen los ojos en blanco y se indignan, no pueden comprender como se puede echar pestes del gesto de amor que han tenido con otras familias. Para nosotros, el ejercicio que España debería hacer es sencillo: Aprender de las excelentes prácticas y legislaciones de países como Australia, lo que consecuentemente ayudaría a bloquear cualquier tipo de mala praxis relacionado con la GS.
– ¿Ya habéis sido donantes de esperma? ¿Qué os ha llevado a tomar esa decisión?
Una vez que fuimos padres y vimos cómo la ayuda de estas cuatro maravillosas mujeres empoderadas nos había cambiado la vida para siempre, no podíamos solo estar agradecidos y quedarnos de brazos cruzados. Simplemente no era suficiente. Llámalo karma si quieres, pero sentíamos que teníamos que devolver a la humanidad la grandiosa ayuda que habíamos recibido, así que…¿por qué no hacerlo ayudando a crear familias como nos habían ayudado a crear la nuestra? Juan y yo decidimos ayudar a crear 10 parejas (9 parejas de chicas y 1 pareja heterosexual), 5 cada uno de nosotros, y desde que empezamos en 2017, 9 de ellas ya han conseguido crear sus familias. Pero no sólo hemos donado esperma.Tras tener a nuestro hijo Atlas nos quedaban 8 embriones y decidimos donar 4 a la pareja heterosexual que llevaba 8 años con extremas dificultades para ser padres, con demasiado dolor sobre sus hombros. Hoy son los orgullosos padres de una preciosa niña llamada Zoe.
– ¿Qué tipo de relación queréis tener con esos niños y sus madres?
Al igual que las mujeres que nos ayudaron a ser papas son las «titas» de nuestros hijos, Juan y yo somos los «titos» de esos niños y niñas. Antes de mudarnos a España eran nuestro círculo principal de amigas y cada fin de semana hacíamos planes con unas u otras, e incluso hacíamos quedadas ya que entre las familias se ha creado una amistad sincera y natural. Muchas veces hablan entre ellas de lo afortunadas que son de habernos encontrado, pero yo no me canso de decir que los afortunados somos nosotros por haberlas ayudado a cumplir su sueño de tener una familia porque nos llena de felicidad verlas tan dichosas y mimar a esos bebés tan preciosos. Ahora, ya basados en España, hablamos regularmente por redes sociales y ya están planeando visitarnos. En todos casos ambas partes estamos de acuerdo que tener esta amistad es beneficioso para esos niños y niñas que crecerán teniendo acceso directo a la respuesta una vez se pregunten: “Quién nos ayudó a formar nuestra familia?”
– Contadnos más de vuestra rutina de familia y alguna anécdota de vuestros peques.
Al estar recién aterrizados de Australia aún estamos creando una nueva rutina, no solo para los nenes, si no para nosotros también. Dicho esto, no creemos que nuestra rutina diste mucho de la de otras familias: Coles, parques, manualidades…todo aderezado con mucho amor. Nos ha sorprendido muchísimo Anxo, porque vino de Australia hablando sólo inglés, y aunque papi Juan y yo sigamos hablándole en ese idioma, él se quería integrar y en cuestión de 4 semanas en el colegio hizo un cambio drástico, pasando a hablar solo castellano…y Atlas, al ser el peque de casa aún no habla demasiado, pero es escuchar cualquier tipo de música y se le van los pies. Él es el “australiano” de la casa y con su pelo largo rubio y ojos azules, no hay día en el que no lo confundan con una niña…