Después de 4 años de matrimonio y dos hijos de dos años, el cantante italiano Tiziano Ferro ha anunciado que pone fin a su matrimonio con Víctor Allen, estadounidense, y con quien vivía en California.
Las cosas le están yendo mal a Tiziano, al punto que ha tenido que cancelar su gira. No solo por el dolor que implica gestionar una ruptura, también por el dolor de cabeza burocrático que está siendo para él sacar a sus hijos, Margherita y Andrés, de Estados Unidos.
Italia no lo reconoce como padre de sus mellizos, por lo que no puede entrar con ellos. Ya os contamos hace unos días que el gobierno de extrema derecha de Giorgia Meloni tiene un objetivo de ataque claro: las familias LGTB. Cada vez suma más trabas, las está llevando a la asfixia.
Madres lesbianas no gestantes están perdiendo la custodia de sus hijos al ser eliminadas de su partida de nacimiento, mientras que la gestación subrogada se está equiparando a la pedofilia y catalogando como «crimen universal».
“Es un momento delicado, en el que toda mi atención está concentrada en la tutela de mis dos maravillosos hijos, que actualmente pasan la mayor parte del tiempo en casa conmigo. En este momento no puedo dejarles y no puedo llevarlos conmigo a Italia”, ha declarado en un comunicado el cantante, informando también que cancelaba la presentación de su libro en su país por no poder llevar a sus pequeños.
Tiziano Ferro ya había denunciado los problemas que sufría para conseguir la nacionalidad italiana de sus hijos. “Cuando fui al Consulado italiano a inscribirlos en el registro civil, ese formulario en el que se excluía el nombre de Victor fue como una bofetada. Así que no los registré. En estas condiciones, que distorsionan la realidad de su presencia en el mundo, no obtendrán pasaporte italiano”, explicó en una entrevista, en la que aprovechó para denunciar: “Si están enfermos, solo yo puedo ir a urgencias, porque Víctor no está en el pasaporte, lo que es una aberración. Más allá de estar de acuerdo o no, de la moral o de un sentimiento de culpa fabricado, siempre he pensado que mis derechos no quitan nada a los de los demás”.
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