Es el Orgullo más concurrido de la historia de Jerusalén. 25000 personas manifestándose y recordando a Shira Banki, la adolescente judía de 16 años asesinada el año pasado durante el mismo evento por el extremista,también judío, Yishai Shlissel.
La manifestación, además de multitudinaria, estaba blindada por la policía y llena de reivindicaciones. Este acto, en plena Ciudad Santa, supone un llamativo avance para la visibilidad y el empoderamiento de la comunidad LGTB en el país.
Yishai Shlissel, el asesino de la homenajeada, que cumple actualmente cadena perpetua, no ha cesado en su odio y su actitud violenta y, según argumenta la policía que lo custodia, ha estado alentando a su hermano Mijael para que protestara violentamente. Éste, que fue detenido, lo niega.
Varios rabinos se han posicionado recientemente contra la comunidad LGTB, llamándolos, entre otras cosas, pervertidos. Durante la manifestación se han condenado varias veces estas declaraciones, tanto de manos de asistentes laicos como de declarados religiosos.
Más de 2.000 agentes blindaron el evento, incluso a través de detenciones preventivas a los radicales que amenazaban con imposibilitar el, según sus propias palabras, «desfile de bestias». Otras 30 personas pertenecientes al grupo extremista Lehava fueron arrestados al intentar provocar desórdenes y portar pancartas con el texto «Jerusalén no es Sodoma y Gomorra».
Benjamín Netanyahu en un vídeo difundido en su cuenta de Facebook se ha posicionado a favor del desfile y de la causa LGTB en su país: «No es una Marcha sólo de la comunidad LGTB sino de todos nosotros. Es una marcha de unidad en recuerdo a Shira. Acordémonos de ella con amor y añoranza y no dejemos que otros nos separen desde el interior» afirmaba.