El exjugador de la NBA Jason Collins (46) acaba de dar un paso más en su historia como referente LGTB+: ¡se ha casado con su pareja de toda la vida, Brunson Green! La noticia ha sido recibida con alegría por activistas y fans de todo el mundo, y no es para menos: Jason no solo fue el primer jugador abiertamente gay de la NBA, también es uno de los pocos deportistas que ha usado su voz para romper estigmas y abrir camino en el mundo del deporte masculino profesional.
La ceremonia, íntima y elegante, se celebró en Nueva Orleans, y asistieron familiares, amistades y figuras del deporte y el activismo. Jason y Brunson, productor de cine de películas tan emblemáticas como Criadas y Señoras, llevan más de 9 años juntos y ahora celebran este compromiso en un momento donde aún hay muchas barreras para los atletas LGTB+.
Jason Collins salió del armario públicamente en 2013 en un artículo publicado en Sports Illustrated, una auténtica revolución para la época. Hasta ese momento, ningún jugador en activo en las cuatro grandes ligas masculinas de Estados Unidos (NBA, NFL, NHL, MLB) había hecho pública su homosexualidad.
Su valentía fue un punto de inflexión: visibilizó la diversidad dentro del deporte y ofreció un espejo para muchos jóvenes deportistas que no veían referentes fuera del armario. “Soy un pivote de la NBA de 2,13 metros. Soy negro. Y soy gay”, escribió entonces. Con una sola frase, ayudó a millones a sentirse menos solos.
«No fue sencillo, resultó todo un desafío. Pero al final, era algo que sentía que tenía que hacer. Tenía que dar un paso adelante y contar mi verdad. Tenía que dejar de vivir con miedo. Tenía que dejar de vivir con ese estrés. Tenía que dejar de asustarme por pensar en que hoy podía ser el día en que mis compañeros se dieran cuenta de que era gay, así que quería ser yo quien me ayudara a mí mismo y diera un paso al frente», explicó en una entrevista concedida a EL MUNDO.
A más de diez años de aquel gesto histórico, su boda simboliza más que amor: es una declaración de libertad, orgullo y perseverancia. Porque aunque hemos avanzado, sigue siendo raro ver deportistas masculinos salir del armario en activo. Las presiones del machismo, el miedo al rechazo y la falta de referentes aún pesan demasiado.
Por eso, historias como la de Jason y Brunson no solo nos emocionan: nos inspiran. Nos recuerdan que cada salida del armario es un acto de valentía, y cada historia de amor visible es una semilla para un futuro más libre, dentro y fuera de la cancha.
¡Felicidades a los recién casados, y gracias Jason por seguir anotando puntos a favor de la diversidad!