Bronnie Ware es una enfermera australiana que durante años ha cuidado de enfermos terminales. El lazo creado con los pacientes la motivó a escribir un libro en el que identifica las 5 cosas de las que casi todos se arrepienten antes de morir:
1) Ojalá hubiera tenido el coraje de hacer lo que quería hacer y no lo que esperaban de mí.
2) Ojalá no hubiera trabajado tanto.
3) Ojalá hubiera tenido el coraje de haber expresado mis sentimientos.
4) Habría querido tener más contacto con mis amigos.
5) Me hubiera gustado ser más feliz.
Si yo pudiera viajar en el tiempo y visitarme cuando tenía 15, me daría un abrazo, me diría que por favor fuera a la peluquería a cambiarme ese horrible peinado y que estuviera tranquila. Que “eso tan raro” que me pasa a mí le pasa a miles de mujeres en el mundo, que se llama lesbianismo, que me enamoraré de varias chicas, que a veces saldrá bien y otras mal. Que las heridas se curan y que seré feliz.
He preguntado a varias mujeres lesbianas, de entre 20 y 50 años: “¿Qué te dirías a ti misma si pudieras hablar con esa chica de 15 años que fuiste alguna vez?”
“Ánimo campeona. Te esperan rachas mejores, nacer en los 80 es una suerte aunque aún no lo veas muy bien. Antes de que te des cuenta habrá internet, conocerás muchas lesbianas de todo tipo, volarás a Madrid, tendrás el corazón súper entretenido (roto un par de veces pero siempre se regenera, créeme) y, sobre todo, podrás ser quien tú eres, vivir el amor y el sexo de forma natural y cambiar la sociedad, que, créelo, reaccionará de forma muy positiva. Incluso tus padres adorarán a tu novia… ¡Ten paciencia, pequeña!” Marta. Bruselas.
“Me diría: ‘Sé que ahora mismo tienes las mismas ganas de asesinar al mundo que de morir. Eso es la adolescencia, jeje. En dos años más conocerás a una chica de la que te vas a enamorar y que te quitará las ganas de morir y de matar. Después te romperán el corazón otras mujeres hasta que con 31 te vas a casar con la chica más increíble del mundo. A los 37 vas a tener dos hijos que te rompen todo y rayan las paredes, pero eres más feliz de lo que puedes imaginar. Así que relájate y disfruta viviendo. Y aprovecha para dormir’.” Leticia, Barcelona.
“Aroa, soy la tú futura. Deja ya de probar con chicos, tú y yo sabemos que eres una lesbiana pura. No, no es casualidad que los chicos te parezcan todos feos y, en cambio, a las chicas les veas su punto; ni es casualidad que te guste leer libros de amor lésbico. ¡Ah! Y hazte unas capas en el pelo que te quedan mejor”. Aroa, Madrid.
“Dentro de unos años te darás cuenta de que el miedo es el enemigo más grande que puedes tener. Por el miedo vas a fingir muchos años frente a tus padres y tus amigos, por el miedo vas a callarte tus sentimientos y dejar pasar a mujeres muy especiales, por el miedo vas a dejar pasar oportunidades y olvidarte de lo que eres. Así que ya. Sé valiente, recién cuando dejes el miedo de lado vas a empezar a ser feliz. Ah, y tu madre lo tomará mejor de lo que crees”. Maricarmen, Bilbao.
“Aléjate de las rubias. Pase lo que pase, las rubias no”. Raquel, Madrid.
“Esa amiga a la que quieres tanto es algo más que una amiga. Os conocisteis de vacaciones y lleváis un año escribiendo cartas, te da un vuelco el corazón cada vez que llega una. No la abres en seguida, esperas a estar sola para saborear cada palabra, crees que es tu mejor amiga, pero deseas besarla, sabes que no te rechazaría, pero no te atreves. Vas a vivir sólo una vez, acertarás y te equivocarás, es igual, pero vive conforme a lo que te dicte tu corazón, vive sin traicionarte, date PERMISO para vivir como quieras tú, no conforme a lo que te digan o impongan los demás. Lamentablemente tardarás 30 años en darte permiso”. María Jesús, Madrid.
“Hey, espabila. Deja a ese chico y vete a Chueca”. Rosa, Madrid.
