Familia lesbomarental
Karenina y Morayma, madres lesbianas

Ser madres lesbianas en Perú: “Pedimos los derechos que tiene el vecino, que tiene todo el mundo”

Por Rocío Chiappino
@chiappinofp

Es verano en Lima, Perú, hace calor y estamos en el patio de un edificio del barrio de Miraflores, cuando entran Morayma y Karenina con sus hijos.

Entre juegos y risas, Morayma nos cuenta que Zoe siempre se ríe y dice que su novio tendrá cuatro suegras. Karenina, por su lado, ayuda a Diego con unos juguetes que tiene.

Mientras los niños juegan, charlamos sobre la familia con sus dos mamás. Ambas opinan igual, el amor es importante en una familia, mientras que el respeto y la empatía son lo que le siguen.

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“Amor… los valores”, remarca Karenina, mientras que Morayma hace énfasis en que “los valores son definitivamente algo muy fuerte. Es algo que te enseña alguien que te quiere mucho, alguien que quiere que tú seas una excelente persona”.

¿Qué es una familia para ustedes?

K: Donde hay amor hay familia, es algo que nosotras siempre decimos. El amor es la base, el respeto es tu núcleo, esa es la manera como tu quieres dejar lo mejor de ti y transmitir lo mejor de ti, y lo que no fue mejor en ti también, y que sabes que esta ahí.

M: Familia es ese todo que te hace luchar por una mejor vida para tus hijos, para tu esposa, como en nuestro caso. Siempre pongo mi ejemplo, vengo de una familia de mamá-papá y somos 8 hijos.

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Lo que siempre he visto en mi casa, en mi hogar, en mi familia, ha sido el respeto hacia cada uno de los que conformábamos esa familia; el amor entre mis padres que ha sido muy bonito para todos nosotros y que lo aplicamos ahora ¿no? Siempre vas aplicando lo que has tenido en tu familia.

¿Cómo empezó su familia?

Zoe y Diego
Zoe y Diego

M: Nuestra familia empezó en el año 2014, cuando nos hicimos novias, ya veníamos saliendo un poco antes, pero en el 2014 decidimos casarnos, un matrimonio simbólico porque decidimos casarnos para darle formalidad a nuestra unión que ya estaba. Una formalidad entre comillas porque nuestro matrimonio es simbólico, tampoco nos podemos casar legalmente acá. Pero ya pensábamos no en Diego como Diego, sino en un bebé, aparte de Zoe, obviamente.

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K: Zoe es hija nuestra pero antes de esto yo estaba con la mamá biológica de ella. Tuve un primer matrimonio con la otra mamita y, lógicamente, las cosas no funcionaron. Después nosotras decidimos estar juntas y tener a Dieguito.

Ella desde que conoció a Zoe también fue la luz de sus ojos – “mi hijita”, dice Morayma mientras se sonríe-.

Pero yo creo que no es que hayamos decidido ser familia, es que ya lo éramos porque yo ya estaba con Zoe; y más bien decidimos hacerla crecer con Dieguito.

Mientras hablan, Zoe y Diego siguen divirtiéndose juntos. Ella lo cuida y juega con él. Sus mamás, aunque pendientes de ellos dos, no olvidan hacer hincapié en lo difícil que es ser una familia homoparental en un país como Perú, donde las leyes no las amparan.

La familia
Familia es amor

¿Qué debería cambiar en Lima o en Perú para que todos puedan entender que ustedes son una familia?

K: Primero que nada yo creo que la visibilidad básica, si no salimos más familias a decir que acá estamos, que existimos, no se van a dar los cambios. Las personas temen a lo que no conocen, a lo que no ven cerca, es una forma a veces trillada, pero es cierto. Y en cuanto a la sociedad, bueno, simplemente respetar, respetar y tratar de ser un poco mas inclusivos, tratar de informarse sobre todo porque juzgan mucho sin conocer.

M: En el Perú somos bastantes familias homoparentales y, sin embargo, las que se quieren exponer, o visibilizar, son muy pocas. Entonces sí, necesitamos que cada vez más gente se sume a ésta… no quiero decirle lucha porque no debería ser una lucha, pero sí es una lucha de nuestros derechos, de hacerse visibles para que nos reconozcan los derechos que nos corresponden y que no se da. Seguimos sin tener matrimonio civil, unión civil, seguimos sin ningún derecho que nos ampare, nosotras estamos casadas y cuando a mí me preguntan mi estado civil yo tengo que decir que soy soltera porque legalmente soy soltera. No creo que sea justo. Y lo mismo pasa en todo nuestro día a día. Hace poco nos preguntaba alguien: ¿alguna vez te han discriminado?, y nosotras vivimos discriminadas siempre. No solamente como familia, sino como individuos.

La gente no se pone en nuestros zapatos cuando hablamos de nuestra familia, la gente no se pone a pensar lo que nosotras vivimos día a día con ellos, cuando queremos salir del país que tenemos que llevar papeles y papeles y papeles, permisos… y nos exponemos a que delante de ellos nos digan que nosotros no somos una familia, o que a Kare le digan: “oye, tu no eres la mamá”, porque la mamá biológica no está.

Son cosas que la gente no sabe, pero esa es nuestra realidad. Y nosotras no vamos a dejar de ser quienes somos o dejar de tener nuestra familia porque al resto no le gusta.

K: Pero no solamente es el hecho de hacer valer tu amor, por decirlo así, es que es todo lo que conlleva: el derecho a heredar, el derecho a que si estás pasando por una terrible situación donde alguna de las dos personas está en los últimos momentos de su vida, está en Unidad de Cuidados Intensivos o está en alguna situación de salud complicada, la otra persona ni siquiera tiene derecho a ingresar, porque no está casado o porque simplemente no tienen una relación sanguínea.

Nuestros hijos… Zoe no lleva mi apellido y Diego lleva el apellido de Morayma como segundo nombre.

Aparte de que nos matan, todos los días. De repente acá en Lima no lo vemos o no lo cuentan, pero en provincia matan todo el tiempo a los chicos gais. Hasta casos de padres que matan a sus hijos: “te prefiero muerto antes que gay”.

Es terrible, más allá del tema del matrimonio, es todo, es todo.

M: A nosotras no nos gusta hablar mucho de política, pero sí hay cosas que tienen que cambiar, bastante, en nuestro país para que nosotras podamos vivir tranquilas y seguras.

Esta palabra que yo te digo que para mi es lo más importante en la vida que es ‘empatía’, el Estado no lo tiene, el Estado no es empático con sus ciudadanos, no es empático conmigo. Mi Estado… el país donde yo he nacido, yo no existo para él.

Mientras que yo sea como ellos quieren que sea, existo, me reconocen mis derechos; pero sino no y no puede ser.

Nosotras nos pasamos la vida diciéndole a nuestros hijos: “tú tienes que ser feliz como tú te sientas feliz y tienes que ser siempre quien eres”, obviamente sin hacerle daño a nadie, que es lo principal y eso creo que es entre heterosexuales, gais o lo que fuera que sea tu orientación. Pero eso no se da con nosotras, entonces la visibilidad, la empatía son cosas que tienen que cambiar; las leyes lo primero, en nuestro país, en donde se nos reconozca.

K: No pedimos nada, no pedimos privilegios, es pedir los derechos que tiene el vecino, que tiene todo el mundo.

Mientras hablamos de cosas tan simples como el amor, empatía y respeto o los derechos, esas cosas simples que la gran mayoría de las personas tienen, siempre y cuando sean heterosexuales… los niños se acercan a la cámara y sus mamás les preguntan qué es una familia para ellos… Zoe, con un poco de vergüenza, nos deja saber que “es un grupo de personas muy grande que se aman y que se respetan como son”, Diego aporta que “una familia es amor” y Karenina, olvidándose un poco de la entrevista, los mira a los tres, los abraza y les dice: “para mí, una familia son ustedes, lo más importante de mi vida”.

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