Llegan las vacaciones estivales y con ellas los viajes en familia, que en ocasiones, cuando se tiene más de un hijo, son lo más parecido a una mudanza. Pero viajar con niños, aunque siempre supone una aventura, merece la pena. Así que manos a la obra y aquí os dejamos algunos consejos para que el viaje sea más llevadero.
- Si vais a viajar en coche debemos revisar los asientos adecuados a la edad de cada niño, así como los cinturones de seguridad. Recordemos también la probabilidad de que algún niño pueda marearse. Para ello conviene llevar bolsas de plástico y evitar comidas copiosas antes del viaje. No se aconseja el uso de aparatos electrónicos varios ya que fijar la vista en un punto cercano incrementa la sensación de mareo.
- Si viajáis en avión tened en cuenta las posibles molestias en los oídos al despegar y aterrizar, algo que se puede evitar comiendo o bebiendo algo: Muchos aeropuertos permiten pasar a través del control de seguridad leche y comida para bebés en recipientes que superen los 100 mililitros. Normalmente los abren para escanearlos en el punto de seguridad. Aunque requiere su tiempo hacerlo, no perjudica de ninguna manera a la comida. Te recomendamos que de todas formas compruebes cuál es la política del aeropuerto al que vayas a ir.
- No os olvidéis de las tarjetas médicas y la cartilla de vacunas con todas al día. Si el viaje es al extranjero, conviene informarse de los convenios en términos sanitarios en el país de destino ya que puede ser útil contratar un seguro general de viajes. En la página web del Ministerio de Sanidad, se encuentra un documento de consejos sanitarios para viajeros internacionales.
- No olvides solicitar visado. Esto es importante averiguarlo bien, para no llevarte sorpresas en el destino.
- No olvides llevar un mínimo de imprescindibles de botiquín para solucionar pequeños problemas como gasas, tiritas, algún antiséptico, antitérmico de uso habitual o medicación para el mareo.
- Hay que tener mucha más paciencia y comprensión de lo habitual ya que para ellos supone un cambio de rutinas y hábitos y tardan más en adaptarse a los nuevos entornos.
- Estudiad y planificad vuestro destino, pero sin pasaros. Aunque queremos estar entretenidos tampoco conviene que todo el viaje este superhipermegaplanificado. En vez de contratar mil excursiones, mejor realizad una lista y guardadlas como posibilidades de viaje.
- Y lo más importante de todo ¡Disfrutad! Salid con tiempo, haced la maleta con cabeza y conseguid que el trayecto también forme parte del viaje. Recordad que no os va a pasar nada y que se supone que las vacaciones son para disfrutar en familia y relajarse.