El parlamento griego acaba de dar un pequeño paso hacia la igualdad de las parejas del mismo sexo aprobando una ley que permitirá que dichas parejas, siempre que estén reconocidas por una unión civil, se conviertan en padres o madres de acogida (recordemos que la adopción aún está prohibida en Grecia para las personas homosexuales).
Grecia se ha quedado a la espalda del resto de Europa en términos de derechos LGTB, aunque se ha ido recuperado despacio en los últimos tres años.
En 2015, el partido del actual primer ministro Alexis Tsipras, aprobó la ley de uniones civiles (que no matrimonio) para parejas del mismo sexo; momento que Tsipras aprovechó para disculparse con la comunidad LGTB añadiendo que “el estado griego está cerrando un ciclo de retroceso y vergüenza”.
En 2016, el Parlamento aprobó una ley que aseguraba la igualdad del colectivo en los centros de trabajo y prohibía la discriminación por orientación sexual o identidad de género.
El año pasado, aprobaron una Ley Trans que permite la libre elección de identidad de género a partir de los 15 años, eliminando así la necesidad de que la persona que decida cambiar de sexo deba someterse previamente a un examen psiquiátrico y a una operación quirúrgica.
Tras la aprobación de esta nueva ley, con 161 votos a favor y 103 en contra, que permite que las parejas del mismo sexo que estén legalmente reconocidas como unión civil acojan a menores en su hogar, Tsipras ha declarado, que ha tenido que enfrentarse a cierta oposición dentro de su coalición de gobierno, pero que “la acogida tiene en cuenta el retorno de los menores a sus padres naturales, que han de mantener contacto con el menor durante ese período. No sería una exageración decir que la acogida es un acto de altruismo, solidaridad y servicio por parte de aquellos que la eligen”.