Como decían los payasos de la tele: “No hay nada más lindo que la familia unida, atada por los lazos del amor”. Sentirse amado de verdad, sabiendo que siempre, siempre estará ahí para lo que necesites. O al menos eso sería lo ideal.
Como sabréis, existen múltiples métodos de llegar a la maternidad: inseminación, FIV, ROPA, relación sexual, gestación subroagada, adopción, acogimiento… pero cuando dos personas deciden iniciar este largo y a veces duro pero tan increíble camino que eso pasa a un segundo plano.
Hemos recibido muchísimas cartas de familias que querían dar a conocer al mundo cómo se formaron y la alegría que inundó sus corazones al pasar de ser dos a ser tres, cuatro… Por eso os mostramos aquí un trocito de su historia y de lo más bonito de su vida: su familia.
Mary Sol, Lili y Abril
La receta de mi familia: la alegría de Abril cuando se queda en la escuela por las mañanas, la vecina que se ofrece «para lo que necesitéis», las risas de la familia en España cuando nos reunimos y las lágrimas de la familia en Chile cuando nos despedimos, los dibujos de nuestra hija en las mesas del trabajo, los cafés con nuestr@s compañer@s y los viajes con nuestr@s amig@s. Con la mezcla de todos estos ingredientes cocinamos nuestra felicidad. ¿Te parece diferente a la de otras familias?
Ross, Teresa y Erin
La pequeña Erin va a cumplir su primer añito y estamos muy contentas de que esté junto a nosotras. Estamos orgullosas de que nos haya elegido como madres, a las dos.
Nos parece increíble que después de nueve meses este bichín esté aquí para hacernos tan felices. Yo (Ross) siempre he tenido muy desarrollado el instinto maternal pero a mi mujer creo que le daba un poco de miedito esto de hacernos cargo de un ser tan pequeño y a la vez tan grande. Pero ella ahora siente que es lo mejor que hemos hecho.
Todo el mundo te dice que cuando tienes un hijo te cambia la vida por completo, que ya no eres la misma persona. Creo que es cierto. Nosotras hemos dejado de ser nosotras para convertirnos en ella. Recuerdo el momento en el que nació, en el que nos hizo madres de una sola vez. Salió diciendo “Aquí estoy yo” ayudada por las manos de su madre. Mi mujer la sacó ella solita como toda una valiente (le marea la sangre) y yo qué decir… No se me olvidará nunca ese olor, esa humedad y calidez en la habitación, y no se me olvidarán jamás esos ojitos saltones que estaban alimentándose de mí. Ella ha llegado para hacernos felices y cada día lo consigue sin mover un solo dedo. ¿Cómo se puede querer tanto, tanto que duele el pecho?
Patri, Inma e Irene
Todo comenzó un viernes 3 de junio de 2011.
Yo (Inma) iba con un amigo a La Solana (Ciudad Real) a pasar un fin de semana porque él iba a actuar de transformista en una discoteca con motivo del Orgullo Gay y nunca le había visto actuar. No sabía que ella (Patri) estaría allí y ella tampoco se lo imaginaba. Pero ahí estaba la mujer de mi vida, la madre de mi hija y mi mujer ante la ley desde el 31 de agosto. Desde ese día hemos reído y llorado de felicidad, disfrutado, estado mejor y también pasado malos tiempos, pero siempre hemos estado juntas, en todo momento. Aunque el trabajo es lo único que nos separa un poco. Pero con el tiempo todo será mejor. Y pese a que nos conocimos cuando ya estaba embarazada de 3 meses, eso no impidió de ninguna manera que nos enamoráramos. Y decidimos en su día ser madres juntas, y desde que me puso la mano en su vientre, justo en ese preciso instante supimos que ya iba a ser participe de esa familia maravillosa y que la sentía mi hija también.
La verdad es que a día de hoy, Patricia y la pequeña Irene son lo más grande y bonito que me haya podido pasar en la vida.
Y colorín, colorado, estas historias nunca se habrán acabado…
¿Quieres contarnos cómo formaste tu familia? Escríbenos a info@ovejarosa.com y cuéntanos tu historia.
Marta Márquez