Hay noticias que nos sientan muy mal y otras que nos horrorizan, como es el caso de ésta. Existe un videojuego cuya «diversión» es asesinar a tiros a personas como tú y como yo, personas del colectivo LGTB.
El creador de este juego es un verdadero nazi, un supremacista blanco, al que después de aparecer en un documental se le conoce como The Crying Nazi. Se llama Christopher Cantwell, y un personaje tan repugnante que el año pasado creó un videojuego llamado Angry Goy en el que podía asesinarse a judíos, metiéndolos en hornos, haciendo así referencia al holocausto y al asesinato de 6 millones de judíos a manos de Hitler.
Ahora Cantwell vuelve a la carga con sus creaciones de odio y ha lanzado Angry Goy II, donde los jugadores, armados con metralletas, entran a bares y discotecas LGTB para acabar a tiros con gays, lesbianas y bisexuales.
Este vídeojuego hace una clara referencia al asesinato de 50 personas en el club de ambiente Pulse, en un tiroteo en 2016, en Florida.
Es realmente triste que iniciativas como esta se lleven a cabo y vayan justamente a parar a manos de niños y jóvenes jugadores, a quienes se les entrega un claro mensaje de odio e intolerancia