La lucha de dos mamás por inscribir a su hijo como de los dos

Agustina Brunetto tiene 31 años y es profesora. Valeria Tavecchio tiene 42 y trabaja en construcción y reformas. Viven en la pequeña localidad argentina de Entre Ríos.

Agustina y Valeria son pareja hace cuatro años y el año pasado cumplieron un sueño que llevaban mucho tiempo deseando: ser mamás. Consiguieron un donante de esperma y se realizaron una inseminación en casa.

Agustina y Valeria

Al primer intento consiguieron el ansiado embarazo y a fines de junio nació el pequeño Ciro. Como todas las familias, las madres fueron a inscribirlo al Registro Civil peo no pudieron. Les exigían tener un papel de una clínica de fertilidad que diera cuenta de que se habían inseminado ahí, además de estar casadas, algo que nunca se pide a una pareja heterosexual, donde una mujer puede embarazarse de un hombre e inscribir a su hijo con otro y nadie pregunta nada.

La pareja tuvo que inscribir a Ciro como hijo de solo una de las dos. Ellas iniciaron un largo camino para luchar por la comaternidad. “La opción que nos proponían era realizar una adopción, pero eso no refleja la identidad de nuestro hijo. No aparecí en la vida de Ciro siendo él ya hijo de Agustina, sino que aparecí en su vida porque las dos fuimos gestantes como un proyecto de pareja. Ciro tiene dos mamás. No es justo que un padre pueda reconocer a un niño por su sola voluntad y una madre no pueda”, dijo Valeria a la web Presentes.

Indignante, sobre todo teniendo en cuenta que durante el embrazo, en el tercer mes de gestación fueron a preguntar sobre la inscripción y les dijeron que no necesitaban estar casadas.

Hoy tenemos en este mundo a un niño con una sola filiación, como si su nacimiento fuera consecuencia del amor y el deseo de una sola persona y no es así. Dos mamás soñaron, consintieron, planearon y concretaron este proyecto de vida y, sobre todas las cosas, es injusto para este bebé que se lo prive de los derechos que conlleva la inscripción registral de su otra filiación. En definitiva, se afectan los derechos del niño y de las madres, y no se respeta el mandato igualitario de nuestra Constitución y de nuestras leyes. No hay familias de primera y de segunda, hay familias”, dijeron los abogados de la pareja.

La lucha fue ardua pero lo consiguieron. Hace unos días el pequeño Ciro figura en el Registro Civil como hijo de sus dos mamás. ¡Enhorabuena, familia!

En España hemos sufrido la misma discriminación por años, hasta que la lucha de dos madres lo cambió todo y ya no es necesario presentar ningún papel de una clínica. 

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