Leo tiene 11 años y un alter ego llamado Violet Vixen. En su canal de YouTube, Violet crea vídeos donde baila, se maquilla (increíblemente bien) y hace sus performances.
A Leo le gustan las carreras de coches y haciendo una búsqueda en Netflix encontró RuPaul’s Drag Race. Se quedó a verlo y quedó fascinado.
Yo estaba como, ‘¿Qué es esto?’ Estos no son coches’. Estos son personas. ¿Por qué están las mujeres en esto? ¡Mujeres realmente altas!
Y ahí es donde Leo se hizo super fan de Courtney Act.
Vi entrar caminando a Courtney Act, la primera drag queen que vi. Me obsesioné más, así que decidí que querría hacer esto.
No necesariamente quiero ser una niña, quiero ser un niño maquillado. Bastante normal, supongo.
La madre de Leo apoya su decisión de ser él mismo y deja que se exprese cómo le haga feliz y, en un intento de mostrar su apoyo, le llevó a Brighton donde le esperaba una grata sorpresa.
Awww! What a delight to meet Violet Vixen! Let kids be kids and express themselves however they like. Clothes are just pieces of fabric, they don’t have a gender, we made that up!
Click to watch https://t.co/6V5sP12OKw pic.twitter.com/qZiOSe4eFk— Courtney Act (@courtneyact) August 7, 2018
La Drag escuchó a Leo, le dio un abrazo y le ofreció sabios consejos sobre cómo sentirse a gusto consigo mismo y cómo poder relacionarse con el mundo, ya que Leo reconoció que le costaba hacer amigos.
Creo que a medida que creces muchos de esos problemas para encontrar amigos se vuelven más fáciles porque puedes acumular más personas que te entienden y que piensan igual. Creo que solo tienes que seguir siendo quien eres y celebrarlo todos los días.
Leo no podía creer que estaba delante de su ídolo y aseguró que era un momento muy especial en su vida.
Ha sido el mejor momento de mi vida, principalmente porque era encantadora, muy amable y también la primera drag queen que vi. Lo que les diría a otros niños, o personas en general que están viendo esto, es que sean ellos mismos.
Os dejamos un pequeño documental sobre Leo y su pasión por el mundo Drag. Un ejemplo de cómo si dejamos a los más pequeños expresarse serán lo que quieran ser y, sobre todo, serán felices.