De los cuatro hijos que tiene Allyson Robinson, los dos mayores aún recuerdan cuando era hombre, todos la siguen llamando «papá».
De hecho, en el álbum familiar todos pueden ver las imágenes del día que Robinson se graduó de laAcademia Militar de West Point, sus hijos bromean: «¡Ese no eres tú!».
Eso hace 20 años, ahora Allyson Robinson es un líder en la lucha por los derechos de la comunidad transexual en EU.
Robinson cuenta que desde que tenía unos 3 o 4 años de edad sabía que era «diferente». Su identidad de género era de mujer, aunque la gente le ordenó que se comportara como hombre. «Aprendí muy joven a mantenerlo oculto», advierte Robinson.
El padre de familia confiesa que su «mecanismo de adaptación» consistió en llevar siempre una maleta con ropa de mujer, durante toda la adolescencia y hasta su estancia en West Point.
«Me ayudaba saber que podía escaparme un fin de semana a un hotel, mirarme al espejo y no ver esa diferencia entre lo que veía y la persona que yo sabía que era», argumenta Robinson.
Robinson es hija de un veterano de la guerra de Vietnam y terminó su preparación profesional en el conflicto de la antigua Yugoslavia. Por lo tanto sabía que un miembro de la Comunidad LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans) se arriesga a la expulsión.
Luego de su graduación de West Point, se comprometió con su amada Danielle, ya llevan 20 años de casadas y crían a sus hijos como una pareja de lesbianas; dos de ellos aún pueden recordar cuando la apariencia de Robinson era la de un padre.
«Mi transición no ocurrió de la noche a la mañana», indica Robinson, quien asesorada por un terapeuta fue cambiando su aspecto poco a poco. Un día, cuenta Robinson, decidió ponerse una blusa ajustada y una falda, salió del baño y se encontró con uno de sus hijos:
«Nos quedamos mirándonos. Miró la ropa y después me dijo ‘papá, te ves muy guapa’. En ese momento supe que todo iba a salir bien», relata Robinson.
Fue luego de sus estudios en la Universidad de Baylor, en Texas, a donde Robinson asistió con la intención de convertirse en pastor de la Iglesia Evangélica. Ya en esas, se ayudó de su esposa Danielle y ambos buscaron la ayuda de una psicóloga para empezar la transición: «Necesitaba darme permiso a mí misma para hacerlo», recuerda.
Trasciende que en 2012, el presidente Barack Obama revocó la regla Don’t Ask, Don’t Tell (no preguntes, no cuentes) que prohibía pertenecer al Ejército a quienes revelaran su homosexualidad. Esta acción coincidió con el cambio positivo de percepción de la sociedad estadounidense respecto a la Comunidad LGBT y la legalización del Matrimonio Igualitario en varios estados.
No obstante, la nueva normativa seguía excluyendo a los miembros transexuales de la milicia en EU, a diferencia de otros ejércitos como el de Reino Unido, Israel o Australia.
Por su parte, el Pentágono considera a la disforia de género, condición de las personas transexuales, como una enfermedad, esto a pesar de que la Asociación Americana de Psiquiatría ya no la ve así.
Datos relevantes:
– Mientras estaba en el éjercito, Robinson luchó en Medio Oriente, Alemania y Corea del Sur; sabía que mientras estuviera enlistada no podría realizar su transición.
– 7 de cada 10 estadounidenses informan tener un amigo, familiar o colega homosexual. Pero sólo el 2 por ciento conoce a un transexual.
– «Queremos que dejen de vernos como un problema y nos vean como personas», apunta Robinson.
– «Los hombres que se identifican como mujeres encuentran el entorno perfecto para esconder su feminidad y las mujeres tienen la excusa perfecta para ser más masculinas», explica sobre la vida militar de muchos transexuales, Fiona Dawson, doctora experta en transiciones.
Fuente: SDP Noticias