Los niños pueden cambiar el mundo, escuchamos a menudo. Y sí, es cierto, pueden hacer un mundo mejor, pero mucho depende de los padres que estos niños tengan, porque si educamos a los niños en empatía, diversidad, respeto y amor, el mundo será un lugar maravilloso, pero si seguimos reproduciendo los estereotipos de lo bueno y lo malo, lo válido y lo enfermo, la intolerancia y las faltas de respeto, seguiremos igual o peor que estamos.
Matt es un chico que cursa primero de bachillerato en Valladolid. Un día, al llegar a clases, encontró su silla pintada. «Es gay», se leía en el respaldo.
El acoso escolar a menores LGTB es bastante preocupante en España. ¿Cómo se combate la homofobia? A veces es muy difícil de llevar, puede hacer que los jóvenes se aíslen, presenten síntomas de depresión y ansiedad. Otras veces las «víctimas» se niegan a hacerlo, y combaten la homofobia con visibilidad, e incluso sarcasmo, como ha hecho Matt.
Tras el incidente homófobo publicó en sus redes la foto de la silla y el mensaje:
“Han pintado esto en una silla de mi clase intentando ofender y sólo han conseguido que haya proclamado que esa silla es ahora de mi propiedad (ahora soy más rico en patrimonio)”.
#OwnIt mola mogollón tu actitud chaval !
— Jacopo Altea 🏳️🌈 (@MrEdmondTemplar) 6 de diciembre de 2017
Esto es valentía, empoderamiento y sobre todo agarrar al toro por los cuernos 👏👏 #bullying #Ciberbullying #Odio @PepeYTeo @SergiPedrero
— adriana salazar (@hhadris21) 6 de diciembre de 2017
Tan joven y tan valiente..Sos lo maxxx 💜 pic.twitter.com/9T8DT7joKt
— TantumVerde (@TantumVerde3) 6 de diciembre de 2017