Buenas noticias: España es el quinto mejor país de Europa para ser LGTBIQ+, según el último informe de ILGA-Europe. Una vez más, nuestro país se consolida como uno de los lugares más seguros y avanzados para vivir nuestra identidad y orientación con libertad. Y aunque aún queda trabajo por hacer, no podemos negar que estos avances también merecen celebrarse.
El informe, que evalúa la situación legal y de derechos humanos de las personas LGTBIQ+ en 49 países del continente, ha destacado a España por su legislación protectora, por el reconocimiento de las familias diversas, por el acceso a derechos igualitarios, y por su compromiso con la lucha contra la discriminación.
¿Qué hace que España esté en el top 5?
España obtiene un 74% en el índice Rainbow Map, por detrás de Malta, Islandia, Bélgica y Luxemburgo. Los puntos fuertes de nuestro país son:
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El matrimonio igualitario, aprobado hace casi 20 años.
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El reconocimiento legal de las familias homoparentales.
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La aprobación de leyes de identidad de género que permiten a las personas trans modificar su documentación sin requisitos médicos ni judiciales.
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Las medidas legales contra los delitos de odio y la discriminación.
Y aunque es cierto que algunas de estas leyes se han conseguido con mucho esfuerzo y lucha por parte del activismo, también es cierto que hoy, gracias a ellas, muchas personas pueden vivir con más seguridad y dignidad.
Pero no todo es un arcoíris sin nubes
Aunque estamos entre los mejores, el informe también señala algunas áreas en las que todavía debemos avanzar:
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Protección efectiva frente a los discursos de odio, especialmente en redes y espacios políticos.
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Mayor inversión en educación afectivo-sexual en los colegios, algo fundamental para prevenir la LGTBIfobia desde la infancia.
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Atención sanitaria específica para las personas trans y no binarias, sin estigmas ni barreras.
Un país de referencia… y de visibilidad
Lo cierto es que España se ha convertido en un referente global. No solo por su legislación, sino por su tejido social: asociaciones, colectivos, medios como Oveja Rosa, familias visibles, activismo comprometido y una ciudadanía que mayoritariamente apoya la igualdad. Es habitual ver familias de dos mamás o dos papás en los parques, docentes LGTB visibles, referentes públicos que viven su identidad con libertad. Eso sí que es motivo de orgullo.
Y tú, ¿cómo contribuyes?
Cada pequeño gesto cuenta. Desde hablar abiertamente con nuestros hijos sobre la diversidad, hasta exigir políticas que garanticen nuestros derechos. Porque aunque España esté en el top 5, ningún derecho está garantizado para siempre si no lo defendemos.
Así que celebremos. Pero también sigamos trabajando, visibilizando, amando y educando. Porque España puede (y debe) aspirar a ser el primer país de Europa. No solo en leyes, sino en igualdad real.


