Se cumplen 20 años desde que Gene Robinson hizo historia. En 2004 se convirtió en el primer Obispo abiertamente homosexual.
El día que asumió su cargo tuvo que llevar chaleco antibalas… para que os hagáis una idea. Esa misma noche recibió su primera amenaza de muerte y más tarde fue etiquetado como el hombre más peligroso de la iglesia anglicana.
Lee también: En Irlanda del Norte se aprueban los matrimonios del mismo sexo por la iglesia
Aunque fue controvertido en su momento (incluso provocó que cientos de parroquias abandonaran la Iglesia Episcopal), desató un movimiento. Desde entonces, Robinson ha dedicado su vida a abrir la Iglesia a la comunidad LGTB.
Hoy en día, hay cinco obispos abiertamente homosexuales en la Iglesia, un logro al que Robinson se refiere en broma como su “legado”.
En una entrevista a CBS News reflexionó sobre sus experiencias. Al explicar lo que le dio el valor para salir del armario después de ser ordenado, dijo: “Es terrible pararse en un púlpito y animar a la gente a vivir vidas auténticas cuando sabes que no estás siendo auténtico. Por eso sentí que Dios me llamó a salir del armario”.
Si bien pudo haber sido el primer obispo abiertamente gay, Robinson, de 76 años, dijo al medio de comunicación que ciertamente no era el primer obispo gay. «Soy sólo el primero abiertamente gay».
Al recordar la controversia que siguió, dijo: “Olvidamos lo importante que fue y lo difícil que fue y cuántas personas se opusieron, y el dolor que causó a mucha gente”. Si bien hubiera preferido ser conocido como un “buen obispo” en lugar de “el obispo gay”, Robinson dice que sabía que no dependía de él.
Lee también: El Vaticano aprueba, después de la rebelión, bendecir a las parejas homosexuales
“Los medios iban a nombrarme obispo gay, me gustara o no. Entonces, lo que decidí fue que si iba a ser el obispo gay, ¡entonces sería el mejor obispo gay que jamás podría ser!