Lo de Rusia ya no tiene nombre. La LGTBfobia institucional es como una bola de nieve que lleva años creciendo con tal intensidad que ahora es una masa desbocada que va aplastando vidas. La de gays, lesbianas, bisexuales y trans, como tú y como yo, que han tenido la mala fortuna de nacer ahí.
La Corte Suprema de Rusia accedió a una solicitud del Ministerio de Justicia del país para etiquetar al “movimiento social LGBT internacional” como “extremista”, una medida que los defensores y la comunidad LGTB local temen que conduzca a una represión mayor y más violenta.
El tribunal no sólo accedió a las solicitudes del ministerio, sino que también declaró que la sentencia entraría en vigor de inmediato.
Los críticos señalaron que la prohibición no define qué constituye una entidad u organización LGTB y expresaron su preocupación de que el fallo dé luz verde a una dura represión contra la comunidad en general.
«Esta vergonzosa y absurda decisión representa un nuevo frente en la campaña de las autoridades rusas contra la comunidad LGBTI», afirmó en un comunicado Marie Struthers, directora para Europa del Este y Asia Central de Amnistía Internacional . “El fallo corre el riesgo de resultar en una prohibición total de las organizaciones LGBTI, con violaciones de gran alcance de los derechos a la libertad de asociación, expresión y reunión pacífica, así como el derecho a no ser discriminado. Afectará a innumerables personas y sus repercusiones están a punto de ser nada menos que catastróficas”.
«La medida de las autoridades aparentemente tiene un doble propósito», dijo en un comunicado Tanya Lokshina, directora asociada para Europa y Asia Central de Human Rights Watch . «Su objetivo es aumentar el uso de chivos expiatorios contra las personas LGBT para atraer a los partidarios conservadores del Kremlin antes de la votación presidencial de marzo de 2024 y paralizar el trabajo de los grupos de derechos humanos que luchan contra la discriminación y apoyan a las personas LGBT».
Y la represión no se hizo esperar. Menos de 48 horas después la policía allanó al menos 4 bares gays y lésbicos. Se registró a la gente, se fotografió sus DNIs y se les hizo esperar en el suelo boca abajo.