La película se en basa un reencuentro forzado entre un padre y su hija trans, tras la muerte de la madre.
Lola vers la mer es una historia delicada y elaborada gracias a una magnífica puesta en escena. La película destaca por la calidad de sus intérpretes: Benoît Magimel y la revelación Mya Bollaers.
Cámara lenta sobre Lola, sus movimientos de manos, su cabello al viento. Parece flotar en el aire. La protagonista toma su lugar en este marco preciso e hipnótico. Estos planos de apertura no son triviales: cuando comienza la película, Lola, una chica trans, ya ha despegado.
Lola tiene 18 años y vive en una casa compartiendo habitación con su mejor amigo, Samir, ya que su padre la echó de casa años antes. Se despide de él antes de regresar a las tierras de su pasado para el funeral de su madre. La reunión con su padre será brutal, los vínculos se han roto durante unos años. Los gestos son duros, las palabras de violencia increíbles: «¡Mírate a ti mismo! No te da vergüenza mostrarte así delante de familiares y amigos, vuelves aquí vestido como un transexual.”
Pero Lola es clara con el protocolo de su viaje de transición, el problema es el dinero. Por parte de su padre, el problema es diferente, tendrá que tomar este camino que nunca se atrevió o quiso hacer para comprender quién es su hija.
La oportunidad se presenta: el padre y la hija tendrán que respetar los últimos deseos de la difunta que aún los ata, y tendrán que tomar el mismo camino: un viaje en automóvil hasta el mar para esparcir sus cenizas.
El motivo de ese viaje hará su trabajo: obligar a estos dos seres a hablarse, escucharse, conocerse, tratar de comprenderse, de acuerdo con los caprichos del destino.
La joven protagonista, Mya Bollaers, fue elegida después de un largo proceso de casting que consiste en encontrar una actriz trans para este papel, es un verdadero descubrimiento que es a la vez agradable e inspirador.
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No es didáctico, ni da lecciones, sino que obviamente es político en el sentido noble del término, Lola vers la mer es un momento de vida y verdad, llevado por personajes fuertes y una atmósfera inmersiva que da lugar a las elecciones estéticas precisas. Una película simple, aireada y terrosa al mismo tiempo, y que lleva en su corazón una honestidad infalible.