Resolución sobre la protección de la familia aprobada por la ONU excluye a familias homoparentales

El Consejo de Derechos Humanos (CDH) de las Naciones Unidas adoptó el pasado jueves una resolución de protección a la familia de la que, tras la intervención de Rusia, ha quedado excluida toda mención a la diversidad de realidades familiares. La iniciativa puede sentar un peligroso precedente de amparo a la homofobia de estado.

La idea de crear un comité especial para la protección de la familia dentro del CDH a partir de septiembre surgió de Egipto y Sierra Leona, que, junto con otros 23 países, presentaron el pasado lunes un borrador de resolución cuyo párrafo primero instaba a:

convocar, en su 27º período de sesiones, una mesa redonda sobre la protección de la familia en la que se aborde la cuestión del cumplimiento por los Estados de las obligaciones dimanantes de las disposiciones pertinentes del derecho internacional de los derechos humanos y se debata sobre los retos y las mejores prácticas en esta esfera.

Un día después, un grupo de 32 países liderados por Uruguay propuso una enmienda a este punto que añadiera al final las palabras:

teniendo en cuenta que, en los diferentes sistemas culturales, políticos y sociales, existen diversas formas de familia.

El añadido no fue del agrado de Rusia, copatrocinador de la primera versión del borrador y que amenazó con vetar todo el proceso; la enmienda propuesta por Uruguay ni siquiera se llegó a debatir. Mientras tanto, Arabia Saudí junto con los Emiratos Árabes Unidos y Pakistán presentaron otra enmienda que añadiera al preámbulo de la resolución que:

los hombres y mujeres mayores de edad, sin restricción alguna por motivos de raza, nacionalidad o religión, tienen derecho a casarse y a fundar una familia, teniendo presente que el matrimonio es la unión entre un hombre y una mujer.

Por fortuna, los representantes saudíes retiraron esta versión cuando se supo que la enmienda inclusiva uruguaya no prosperaría. La resolución inicial fue votada y aprobada por 26 votos a favor, 14 en contra y 6 abstenciones. Del lado de la propuesta de Egipto y Sierra Leona votaron, además de sus promotores: Argelia, Benín, Botsuana, Burkina Faso, China, República del Congo, Costa de Marfil, Etiopía, Gabón, India, Indonesia, Kazajistán, Kenia, Kuwait, Maldivas, Marruecos, Namibia, Pakistán, Filipinas, Rusia, Arabia Saudí, Sudáfrica, Emiratos Árabes Unidos, Venezuela y Vietnam.

Contra la moción se posicionaron Austria, Chile, República Checa, Estonia, Francia, Alemania, Irlanda, Italia, Japón, Montenegro, Corea del Sur, Rumanía, el Reino Unido y los Estados Unidos. Se abstuvieron Argentina, Brasil, Costa Rica, México, Perú y Macedonia. El resultado de la votación fue recibido con aplausos por los representantes de los países favorables a la versión excluyente de la resolución sobre protección a la familia.

Se trata sin duda de un triunfo diplomático de los países más férreamente opuestos a los derechos de las personas LGTB, con Rusia a la cabeza.

Según un interesante artículo de la web estadounidense The Daily Beast, nos encontramos ante una ofensiva en toda regla para incluir los llamados “valores tradicionales” en la categoría de derechos humanos; lo cual podría traer como consecuencia la primacía de la defensa de esos valores tradicionales (hostiles a las mujeres o a los ciudadanos LGTB) sobre los derechos individuales e inalienables de cada persona. Un objetivo camuflado además bajo la conocida excusa de la protección a la familia, que tacha automáticamente de contrario a la misma a quien se oponga a su homófoba agenda.

 

Fuente: Dos Manzanas

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