El Registro Civil pone fin a la discriminación de pedir a las lesbianas un documento extra para inscribir a sus hijos

La situación era la siguiente. Un bebé nacía en una familia heterosexual, y el madre o el padre iban a inscribir a ese bebé como su hijo al Registro Civil.

Aunque este hombre y esta mujer no estuvieran casados, la persona encargada de la inscripción no pedía ninguna prueba de que ese hombre era el verdadero padre del bebé. Algo así de absurdo estaría fuera de lugar:»¿Está usted segura mujer que tuvo relaciones sexuales con este hombre y que este hombre es el padre y no otro?»

Ahora, la misma situación pero con una pareja de lesbianas. Aunque cada vez pasaba menos, después de la lucha de dos madres lesbianas por inscribir a su tercer hijo, nacido de una inseminación casera, y de la negativa del Registro Civil de Denia, de inscribir a ese niño en el libro de familia donde figuraban ya sus dos madres casadas y sus dos hermanos. Los funcionarios del Registro Civil ponían en duda cómo había venido ese niño al mundo y obligaron a la madre gestante a figurar como madre soltera. 

Esta pareja recogió firmas, y gracias a la presión mediática, Brenda y María José lograron que el Registro Civil se pronunciara e intentara acabar con esta discriminación.

Aún así en varias oficinas seguían pidiendo a las parejas de lesbianas un papel de la clínica de fertilidad donde figurara un tratamiento de reproducción asistida. ¿Y qué pasaba con las lesbianas que se embarazaban en casa? ¿Con semen de algún donante anónimo o conocido?

Porque una mujer heterosexual podría haber hecho lo mismo. Por ejemplo comprar semen por internet, embarazarse, y después inscribir a su hijo junto a otra persona que figurara como padre. ¿Ella sí y una lesbiana no? ¿Y las parejas heterosexuales que acudían a clínicas de fertilidad para buscar un embarazo que no lograban en casa? ¿Por qué a ellos no les pedían un papel de la clínica incluso aunque el padre no lo fuera biológicamente?

A partir de ahora ya cambió todo. Y la nueva norma es de obligatorio cumplimiento. A ninguna pareja de lesbianas se le pedirá algún documento sobre cómo fue concebido ese niño. El criterio se ha unificado y en ninguna oficina volverá a discriminar a una pareja de lesbianas. Celebramos este avance.

 

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